¡Nuevo reportaje artbook! Así es el catálogo “The World of Girls Comics -Genga’ (Dash)’s Ten Year Trajectory-” (少女マンガの世界 : 原画’ (ダッシュ) 10年の軌跡 / 監修 竹宮恵子), supervisado por Takemiya Keiko con el objetivo de permitir la exhibición y preservación de obras originales manga.
Hoy os traemos un reportaje fotográfico algo diferente a los anteriores. Y es que este “The World of Girls Comics -Genga’ (Dash)’s Ten Year Trajectory-” es un libro bastante especial por el contenido que recoge en su interior y más aún teniendo en cuenta el por qué de su existencia.
EL 26 de noviembre de 2011 veía la luz este catálogo/artbook publicado por Kyoto Seika University International Manga Research Center / Kyoto International Manga Museum Typesetting, que recoge en su interior a catorce personalidades del manga tan importantes como Matsumoto Katsuji, Ueda Toshiko, Watanabe Masako, Imamura Yoko, Takahashi Makoto, Tomoe Sato, Mizuno Hideko, Maki Miyako, Asuna Hiroshi, Kitajima Yoko, Uehara Kimiko, Takemiya Keiko, Sato Shio y Kai Yukiko.
El libro cuenta con 88 páginas a todo color, en formato A4. No tiene sobrecubierta, tapa blanda y su precio de salida fue de 1500¥.
En primer lugar, es imprescindible definir el concepto Genga’ (Dash). Según la propia Takemiya-sensei: «son reproducciones detalladas de manuscritos manga, digitalizados e impresos utilizando un ajuste de color de varias capas, casi indistinguibles del original«. El proyecto nace principalmente por razones personales de la autora. Antiguamente a pesar de trabajar meticulosamente el uso de los colores, salían completamente diferentes cuando se publicaban, por ejemplo, los colores intermedios. Takemiya aceptó estas desavenencias puesto que según ella, no podía pedirle a los editores que ajustasen toda la publicación para satisfacer sus estándares, y por ello, en más de una entrevista afirmó no haber estado contenta durante mucho tiempo al respecto. Posteriormente, cuando se normalizó el uso de los ordenadores, Takemiya aprendió que era posible mediante diferentes ajustes, imprimir los colores como ella quería. La idea se le ocurrió cuando estaba escaneando antiguas ilustraciones para realizar postales.
Después de hacerlo algún tiempo, comenzó a cogerle el gusto y en sus propias palabras «me vengaré de las decepciones pasadas» (risas). Por todo ello, Takemiya pensó que si conseguía duplicados de aspecto exacto a los manuscritos, podría usarlos como decoración de su escritorio. Pero esto no quedó como un uso únicamente decorativo, ya que cuando la autora realizó una exposición de estos duplicados, las entradas se agotaron enseguida, y fue entonces cuando Takemiya comprendió el interés de la gente por este trabajo. Más tarde, la autora comenzó a pensar que seguramente habría muchos mangakas que se encontrasen como ella, insatisfechos con los resultados de la impresión. Entonces, Takemiya comenzó a realizar llamadas y a encontrarse o a rencontrarse con diferentes artistas de su gremio. El proyecto Genga’ (Dash) fue creado por Keiko Takemiya en 2001 a través de repetidos ensayos y errores. De este modo, Takemiya, en colaboración con la Universidad Seika de Kioto, más específicamente con la Facultad de Manga, comenzó a reproducir sus propias obras. Esta línea de investigación tiene como objetivo permitir la exhibición y preservación de obras de arte originales de manga, que son propensas a deteriorarse.
Los trabajos de creación de un Genga’ (Dash) son los siguientes: el equipo de producción escanea la obra de arte original y a continuación, utilizando un software de procesamiento de imágenes, es comparada cuidadosamente con la original, haciendo correcciones graduales de color y textura original. Después, se realizan las impresiones de prueba y se comparan reiteradamente con la original haciendo ajustes de calidad. Se reproducen a escala real al original. Normalmente se sigue el siguiente orden: 1. Color del papel del manuscrito, 2. Color de piel y pelo etc. y 3. Otros detalles. Algunos ajustes del manuscrito toman un tiempo considerable. Las partes más difíciles de reproducir suelen ser los diálogos a lápiz, irregularidades de color, composición pegada dentro del globo de diálogo o tonos de las tramas. El objetivo principal es llegar a archivar los manuscritos sin alterar la información que contienen las imágenes originales y es exactamente este el punto de diferencia entre un Genga’ (Dash) y otros tipos de reproducciones. Otras técnicas de reproducción limpian la suciedad y el daño, y corrigen el color y la luminosidad de la obra de arte original, pero en cambio el Genga’ (Dash), reproduce el estado actual del trabajo (incluso sus irregularidades o matices del papel).
Dentro de este proyecto, han colaborado numerosos autores del género shojo. En 2010 la investigación abarcaba alrededor de 504 obras de arte de catorce artistas diferentes. Por ello, el proyecto Genga’ (Dash) está archivando y recopilando la amplia gama de técnicas expresivas y el uso de los colores dentro del mundo del shojo. Además, en el futuro se planea aumentar la colaboración con otros autores y autoras, a la vez que se amplía la base de información existente. Por el momento, pasamos a introducir brevemente los catorce artistas que han colaborado en este proyecto.
TOSHIKO UEDA (1917-2008). Ueda estudió ilustración y manga con Katsuji Matsumoto, uno de los pioneros del género shojo, desde los 17 años. En 1951 su manga “Boku-chan” llamó la atención cuando Shueisha lo publicó en Shojo Book. Posteriormente, su serie “Fuichin-san” se serializó en el Shojo Club desde 1967, una historia muy popular sobre una joven china que vivía en la antigua Manchuria con unos rasgos alegres y brillantes. En 1960, Ueda recibió el premio de manga Shogakukan. Además de ser pionera en el manga humorístico para niñas, fue una de las primeras artistas femeninas de manga, comparable con artistas de la talla de Machiko Hasegawa, por su influencia en las generaciones venideras.
KATSUJI MATSUMOTO (1904-1986). Matsumoto debutó a principios de la era Showa (finales de la década de 1920) como ilustrador para revistas shojo y llamó la atención a través de sus encantadoras obras de arte de estilo extranjero. Su manga “Kuru Kuru Kurumi-chan”, un precursor del shojo manga de la época, comenzó en 1938 y fue serializado durante 35 años. Kurumi-chan se estableció como un personaje muy querido. Desde alrededor de 1955 su trabajo se centró principalmente en libros ilustrados y artículos para bebés. Su gama de vajillas para bebés, que se vendió a través de la compañía de productos Combi, fue todo un éxito.
YOKO IMAMURA (1935). Imamura procede de una familia de mangakas, tanto su padre, Tsutomu Imamura, como su hermano menor, Yutaka Imamura. Imamura debutó en 1952 con “Kobuta no Rappa”, un manga que lanzó bajo el nombre de su propio padre. Posteriormente, comenzó a serializar “Kurasu Otenba Nikki” y “Chako-chan no Nikki” en la revista shojo de Kobunsha. Una serie que se hizo popular debido a su representación de la vida cotidiana de las colegialas con humor y sentimentalismo. También produjo historias para niños, como por ejemplo “Okkii Pokke no Oneesan”, una historia llena de sueños cuya heroína tiene en su poder un bolsillo mágico (anticipando la obra de Doraemon de Fujiko F. Fujio). En 1965 su manga “Hassuru Yu-chan” ganó el Premio Kodansha Children’s Manga.
MASAKO WATANABE (1929). Después de trabajar como ilustradora, el primer manga de Watanabe, “Shokoshi”, fue publicado por Nakamura Shoten en 1952. Posteriormente, creó muchos manga akahon (libros rojos) y kashihon (libros para alquiler). Su trabajo “Yamabiko Shojo” fue serializado en Shojo Book por Shueisha desde 1957. Luego, en 1971 recibió el premio Shogakukan por el manga “Garasu no Shiro”, serializado en Weekly Margaret. Watanabe ganó popularidad a través de sus dramáticas historias que representaban a jóvenes acosadas por la desgracia dibujada en medio de hermosos paisajes. Más tarde, la autora publicó “Sei Rosalind”, una historia de terror pionera que sentó este tipo de historias en el shojo. En 2002 fue galardonada con la categoría MEXT del Premio de la Asociación de Caricaturistas de Japón. En la actualidad, a sus 91 años, sigue publicando manga (“Himegoto”).
SATO TOMOE (1932-2016). Tomoe comenzó a dibujar manga de alquiler a mediados de la década de los 50. Al principio publicaba bajo el seudónimo de Shigeji Isojima con la editorial Hinomaru Bunko. Cambió su seudónimo a Sato Tomoe en 1956 al mudarse a Tokio y al comenzar la publicación de “Gokigen Shiriizu” a través de Wakagi Shobo. Su trabajo ganó popularidad y desarrolló un estilo original, en la que representaba historias brillantes de la vida escolar. Desde mediados de la década de los 60, comenzó a dibujar para revistas de manga shojo y posteriormente publicó “Sayonara Sankaku” en la Ribon en 1965. Desde aquel entonces, ha seguido desempeñando el papel de artista estrella para la Ribon, creando éxitos como “5-nen Hibari-gumi”, al mismo tiempo que producía historias de guerra conmovedoras.
MACOTO TAKAHASHI (1934). A mediados de la década de 1950, Takahashi comenzó a dibujar manga akahon y kashihon, y posteriormente en 1957 debutó en la revista con un manga sobre bailarinas de ballet: “Arashi o Koete”. Su estilo único, que representa estrellas brillantes en las pupilas de los ojos de las jóvenes, y lo que se conoce como “sutairu-ga”, retratos de cuerpo entero de chicas, influyó significativamente en los artistas subsiguientes del shojo. Sus ilustraciones han aparecido en portadas de revistas, portadas de películas y en otros muchos medios.
MIYAKO MAKI (1935). Miyako Maki debutó con el libro de alquiler “Haha Koi Warutsu” en 1957. Entre sus obras, entre las más destacadas encontramos la obra “Shojo Sannin”, publicada en 1958, “Maki no kuchibue” en 1960, “Ribon no Warutsu” en 1963 y “Gin no Kagero” en 1968. Miyako Maki dibujó un mundo anhelado por mujeres afectadas por la pobreza de la posguerra. En 1967, el fabricante de juguetes Takara lanzó una muñeca (Licca-chan) inspirada en las ilustraciones de la autora. Alrededor de finales de la década de 1960, también comenzó a publicar manga para un público adulto, contribuyendo en gran medida a la difusión de este género (josei). Entre estos títulos, debemos mencionar “Seiza no Onna Series” (Mujeres del Zodíaco) publicado en España de la mano de Satori Ediciones.
HIDEKO MIZUNO (1939). Mientras estaba en la escuela secundaria, Hideko Mizuno contribuyó a la revista Manga Shonen, publicada por Gakudosha y llamó la atención de Osamu Tezuka. Posteriormente, comenzó a contribuir al Shojo Club de Kodansha. Esta autora fue la única artista femenina del colectivo Tokiwa-so Group de artistas de manga, colaborando con Shotaro Ishimori y Fujio Akatsuka bajo el seudónimo U. Maia. Fuertemente influenciada por los trabajos de Osamu Tezuka, creó mangas shojo sobre historia y mitología. Mizuno produjo romances de fantasía y comedias como “Hoshi no tategoto” y “Honey Honey no Suteki na Bouken”. En 1969 recibió el premio Manga Shogakukan por su trabajo “Fire”, que representa los dolores de un joven músico del rock.
YOKO KITAJIMA (1943). Yoko Kitajima debutó durante su último año de secundaria en 1961 con “Kori no Shiro” publicado en Shojo Club. Después de graduarse, trabajó como asistente de Hideako Mizuno, mientras contribuía con sus propios trabajos a Weekly Shojo Friend y otras revistas. Su manga “Nile no Oukan” fue el primer romance de manga shojo ambientado en el antiguo Egipto e inspiró obras de artistas posteriores como “Pharaoh no Haka” (Keiko Takemiya) y “Ouke no Monshou” (Chieko Hosokawa). Fue una artista estrella para la revista Ribon desde la segunda mitad de los años 60. Su historia “Sweet Lala” se hizo extremadamente popular y, además de la historia, fascinó a muchos lectores debido a la moda de sus personajes.
HIROSHI ASUNA (1941-2001). Después de trabajar para una firma de diseño publicitario, Hiroshi Asuna debutó en 1961 con el manga “Maboroshi no Kishu” serializado en el Shojo Club de Kodansha. Sus imágenes delicadamente pintadas, tan finamente detalladas que la tecnología de la impresión de la época no podía hacerles justicia, influyeron fuertemente en los artistas de manga shojo posteriores. Su trabajo apareció en numerosas revistas durante la década de los 60 y 70. Recibió el premio Shogakukan en 1972 por “To-chan no Kawaii Oyome-san”, serializado en Shueisha Weekly Shonen Jump y “Hashire! Boro”, que apareció en la revista Jogakusei no Tomo de Shogakukan. Aunque falleció en 2001, sus amigos continúan publicando sus obras a su cargo y sus obras están siendo revaloradas.
KEIKO TAKEMIYA (1950). Después de llamar la atención contribuyendo a la revista COM de Osamu Tezuka, Takemiya hizo su debut profesional con “Ringo no Tsumi”, publicado en una edición especial de Weekly Margaret. Muchos nuevos artistas de la misma generación que debutaron en ese momento, incluidas Moto Hagio, Yumiko Oshima y Ryoko Yamagashi, entre otras. Todos estos artistas fueron reconocidos como los abanderados de una nueva era y fueron conocidos colectivamente como el Grupo del 24 (el Grupo de flores del año 24) ya que muchos de ellos nacieron en o alrededor del año 24 del periodo Showa (1949). A partir de las técnicas convencionales del manga shojo, ampliaron sus límites, introduciendo temas característicos del manga shonen de ciencia ficción y acción. El manga “Kaze to Ki no Uta” de Takemiya en 1976 fue uno de los primeros romances homosexuales que alcanzaron gran éxito en el manga, publicado en España por Milky Way Ediciones. Su manga “Terra e…” de 1977 asimismo, asentó las bases del tema de ciencia ficción. Takemiya recibió el premio manga Shogakukan en 1979 en reconocimiento a estas dos obras.
KIMIKO UEHARA (1946). Uehara publicó el manfa de alquiler “Kuro Kosumosu no Hanakotoba” bajo el seudónimo de Kimiko Kaneda en 1965, y luego debutó profesionalmente en 1968 en la revista Ribon. La autora centró sus actividades en revistas de manga shojo como Weekly Shojo Comic. Uehara produjo éxitos como “Rorii no seishun”, la historia de una niña pobre que encuentra su felicidad montando a caballo, y “Honoo no romance”, la historia de una niña corriente que conoce un secreto sobre su compañera de clase y se ve envuelta en un conflicto por la corona de un país lejano. Desde la segunda mitad de la década de 1970, produjo trabajos para revistas escolares. Su serie manga “Mari-chan” serializada en Shogaku Ichinensei, recibió en premio manga Shogakukan.
YUKIKO KAI (1954-1980). Kai se mudó a Tokio a los 19 años y comenzó su carrera mientras trabaja como asistente. Debutó con “Anastasia to Otonari” en la revista Viva Princess, seguida de otros trabajos cortos en diferentes revistas, como el manga “Shiki Tsuzuri” y “Fenera”. Desde ciencia ficción, fantasía y romances hasta obras de temáticas en torno a las obras de Noh, su estilo literario produjo grandes esperanzas al principio de su carrera, sin embargo, falleció a la temprana edad de 26 años debido a un cáncer de estómago. La carrera de cinco años de Kai fue corta, pero su visión imaginativa del mundo y sus bellas ilustraciones permanecen en la memoria de sus lectores. Su hermana menor es la mangaka Akiko Hatsu.
SHIO SATO (1952-2010). Sato trabajó como asistente para Keiko Takemiya y Moto Hagio, posteriormente hizo su propio debut en 1977 con “Koi wa Ajinamono!?” publicado en un volumen complementario de Shojo Comic. Junto a Sakata Yasuko, Mizuki Waka, Kai Yukiko y otros, Sato pertenece a un grupo de artistas llamado el Grupo post 24, que estuvo muy influenciado por los estilos literarios del Grupo del 24. Produjo muchos temas profundos de ciencia ficción a gran escala. “Yumemiru Wakusei” publicado en Puchi Flower, representa luchas de poder en un reino que ha caído en un desastre natural. “One Zero”, que representaba el estado mental durante la meditación budista, como otros temas, son claros ejemplos de cómo la autora hábilmente entrelazaba un vasto conocimiento en el fondo de sus obras.
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Pero, ¿para qué son útiles los Genga’ (Dash)? Hace tiempo que el manga está ganando mucha atención tanto en Japón como en el extranjero y el número de exhibiciones de manga está creciendo considerablemente. Actualmente, no es inusual que se exhiban obras de arte originales. Sin embargo, siempre existe la preocupación de que los manuscritos originales puedan sufrir daños o pérdidas. Los manuscritos de manga son delicados por naturaleza y no se crean para su exhibición, por lo que incluso las exposiciones cortas pueden dar lugar a una decoloración. En consecuencia, las exposiciones de Genga’ (Dash) actúan como una medida efectiva para la preservación. Los Genga’ (Dash) son resistentes tanto a la luz como al agua, lo que permite exposiciones en lugares durante períodos de tiempo más largos que de otro modo serían imposibles. Una pequeña muestra de los manuscritos de manga originales se conserva en el Yokote Masuda Manga Museum donde diversos autores han confiado al museo alrededor de 230.000 ilustraciones originales. El museo dispone espacio para 700.000 manuscritos. Desde 2002, se han llevado a cabo anualmente exhibiciones que también sirven para dar a conocer nuevos Genga’ (Dash) recién producidos. Además, se exhiben ampliamente no solo a través de exposiciones patrocinadas por el Museo Internacional de Manga de Kioto, también han recibido solicitudes de exposiciones de terceros, como exposiciones extranjeras, de otras galerías de arte y espacios de exhibición.
Asimismo, conjuntamente a las exhibiciones, se han realizado numerosas charlas, mesas redondas y debates con parte de los autores participantes de este proyecto. En contadas ocasiones los Genga’ (Dash) se han vendido a un público limitado (únicamente posible cuando el artista o el titular de los derechos del autor lo autorizan). Un solo trabajo enmarcado se vende por 100.000 yenes. Aunque también existe la posibilidad de contratar una exposición temporal de los Genga’ (Dash). Todo el trámite de la planificación y la contratación se realiza mediante el Museo Internacional de Manga de Kioto. Por último y a modo de conclusión final, decir que el proyecto liderado por Keiko Takemiya tiene como objetivo la preservación de los originales manga como parte de la historia cultural del país nipón. Detrás de cada original, existe el trabajo de un artista, una pieza irremplazable, que forma el patrimonio artístico de generaciones pasadas. Toda la información ha sido sacada del catálogo del Museo Internacional de Manga de Kioto “The World of Girls’ Comics Genga'(Dash)’s Ten Year Trajectory” y del libro “International Perspectives on Shojo and Shojo Manga: The Influence of Girl Culture”. Una vez hecha la introducción y detalles de la edición, sin más dilación vamos allá con el reportaje fotográfico para que podáis ver una pequeña muestra de lo que podréis encontrar en el interior de este libro! (recordad que podéis ampliar las imágenes abriéndolas en una nueva pestaña)
少女マンガの世界 : 原画’ (ダッシュ) 10年の軌跡 / 監修 竹宮恵子 ©All images in this catalogue are credited to the artists.
1 ©松本かつぢ, ©竹宮恵子, ©上原きみ子, ©上田としこ
2 ©牧美也子, ©高橋真琴
3 ©巴里夫, ©今村陽子, ©佐藤史生, ©花郁悠紀子
4 ©わたなべまさこ, ©あすなひろし, ©北島洋子, ©水野英子
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NOTA: Quiero agradecer una vez más este fantástico texto y reportaje fotográfico a HiroManga, que continua su andadura como firma invitada en nuestro espacio y nos deja un documento que esperamos sea del interés de cualquier persona apasionada del manga y de su historia.
Esperamos que gracias a este reportaje os animéis a descubrir a mangakas del calibre de los/as aquí mencionados/as a través de sus obras.
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¡Muchas gracias por llegar hasta aquí! ¡Esperamos que hayáis disfrutado de este fantástico catálogo/artbook!
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