Con una obra musical sobresaliente y reconocida en Japón, Shigeaki Saegusa (三枝成彰) se suma a nuestros “Grandes compositores del audiovisual”. Recordado por su trabajo para Gundam, ha compuesto tanto para anime como para TV e incluso videojuegos, siempre sin bajar un ápice de calidad en sus composiciones.
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Nacido en la ciudad de Nishinomiya, Prefectura de Hyogo (agosto de1942) Shigeaki Saegusa (三枝成彰) es una `rara avis´ y caso muy excepcional entre los compositores japoneses.
Desde muy pequeño fue un niño muy débil y no tenía amigos. Por recomendación de su padre, que era profesor en el club de música de la Tokyo Broadcasting Station (conocida actualmente como NHK), comenzó a aprender a tocar el piano a la edad de 4 años bajo la supervisión de su progenitor en un hogar en el que la radio estaba prohibida con el fin de no escuchar “malas” músicas como el jazz. No obstante, dentro de la disciplina con la que este le educaba, muchas veces le hacía faltar a la escuela y le llevaba a conciertos de ópera y música clásica.
Cursó primaria y secundaria en la Escuela Wako Gakuen, en la que, en su último año y debido a una ruptura sentimental, se abandonó a las bebidas lo que le convirtió desde muy joven en un adicto al alcohol. Aún así, continuó con su formación y, aunque en muchas ocasiones trasnochaba y bebía hasta la mañana siguiente, logró graduarse como el mejor de su clase en la Universidad de las Artes de Tokio (facultad de Música) completando sus estudios de posgrado allí. Recibió el Premio Ataka cuando aún era estudiante en dicha universidad. Así mismo se convirtió en la persona más joven de la historia del país en ganar el Premio de Composición Ongaku-no-Tomosha por su Quinteto de viento de madera, que compuso a la edad de 19 años.

Aún siendo una persona conflictiva debido a su adicción, su gran talento le llevó muy pronto a componer su primera banda sonora, sería para el drama Kita no Kazoku (1973-1974), el 13er Asadora (drama matutino) de NHK en el que Saegusa firmó una muy apreciable partitura de gran carga dramática y de un corte clásico que ha sido su sello característico durante toda su carrera. Tras este primer trabajo para el medio audiovisual, el compositor todavía seguía aprisionado por su adicción a la bebida y, aunque había demostrado con su primer trabajo que estaba más que capacitado, no encontró continuidad en la industria y esto hizo que pasara más de un lustro luchando contra su alcoholismo mientras componía obras que más adelante verían la luz como operas o piezas de concierto.
Corría el año 1980, ya había dejado atrás su adicción, cuando Fuji Television le llamó para que compusiera la música de varios episodios de la serie Urusei Yatsura (Estudio Pierrot) dirigida por Mamoru Oshii adaptando el manga de Rumiko Takahashi (Candy Candy). El enorme y virtuoso despliegue a nivel orquestal que llevó a cabo en episodios como el 50, 70, 72, 78, 81, 90 y 96 llevó a Saegusa a ser a continuación requerido como compositor y arreglista para otros grandes títulos como Astroboy , MACROSS / COBRA, Ninjaman Ippei o Kodomo TV no Uta.
Pero fue en el año 1985 donde encontró la franquicia que le ha hecho quedar para siempre como uno de los grandes (el mejor para muchos) de la saga Gundam con su portentoso trabajo musical para Mobile Suit Zeta Gundam donde despliega su enorme talento para componer una exquisita y poderosa partitura sinfónica rica en bellas melodías y grandes orquestaciones. Repetiría más adelante en la franquicia con otras grandísimas bandas sonoras como las compuestas para Mobile Suit Gundam Char’s Counterattack (1989) y Mobile Suit Gundam Odyssey (1991).

Aunque su música para Gundam quedará como su trabajo más recordado, Saegusa siguió componiendo grandes bandas sonoras a lo largo de los años, tanto para anime como para TV e incluso videojuegos (Elfaria), todas ellas sin bajar un ápice de calidad en sus composiciones; no hay más que escuchar sus grandes trabajos para la serie de NHK Asadora o su más reciente trabajo para el anime Hearth Cocktail (2024). Aunque no menos cierto es que sus labores como Director de la Fundación Sinfónica de Japón, Vicepresidente de la Sociedad Japonesa de Compositores y Arreglistas, Profesor Emérito de la Facultad de Música de Tokio y Embajador del Museo Nacional de Tokio así como su pasión por escribir grandes óperas; 16 obras son el trabajo de su vida siendo la más famosa la ópera Chushingura, que tardó casi 10 años en completar y se estrenó en mayo de 1997 atrayendo la atención y aplauso de crítica y público.
A pesar de una obra musical tan sobresaliente y de las más reconocidas en Japón, curiosamente y según ha confesado en infinidad de entrevistas, no fue hasta que tuvo casi 50 años que comenzó a gustarle componer música. Entre otras muchas distinciones, su gran labor por la música le ha llevado a recibir la Orden del Sol Naciente con Cordón Pequeño (2017) y el Premio Persona al Mérito Cultural (2020).
Como apunte destacar que fue profesor de otro gran compositor: Naoki Sato, al que recientemente le dedicamos una entrada con su perfil en esta sección.
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NOTA: Agradecemos esta entrada a Juan Ramón Hernández, que continúa ampliando como firma invitada nuestros contenidos relacionados con el mundo de las bandas sonoras.
Esperamos que gracias a estas entradas os animéis a descubrir fantásticas bandas sonoras y a sus respectivos compositores.
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