Lunes 25 de julio:
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19:30h. – Dear Etranger (幼な子われらに生まれ / Osanago Warera ni Umare)
Japón, 2017. Colór. V.O.S.E. 126’. Dirección: Yukiko Mishima.
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La historia nos presenta a Makoto, un subgerente de empresa y dedicado a la familia, que actualmente vive con su segunda esposa Nanae y sus dos hijastras, Kaoru y Eriko. Su vida se complica cuando el marido de su ex esposa es diagnosticado de enfermedad al mismo tiempo que Nanae se queda embarazada. Mishima introduce diferentes dramas familiares en la obra, como la sensación de abandono que siente la adolescente Kaoru, las problemáticas de manejar situaciones parentales cuando se trata de los hijos, la posición del género femenino ante el abandono de sus carreras debido a la maternidad y las dificultades que supone ser un padre y profesional en la sociedad contemporánea japonesa.
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El filme representa las vicisitudes de los dramas familiares japoneses contemporáneos, las expectativas puestas sobre los hombres japoneses ante situaciones difíciles, y como estos se muestran en el filme al borde de la ansiedad. Estos son impresiones clave para entender como el género masculino es capaz de llegar a ciertos límites para cuidar del seno familiar.
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Martes 26 de julio:
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18:30h. Conferencia: «Jishu Eiga: El cine independiente japonés en constante transición»
Conferenciante: Marina Muñoz Pelegrín, historiadora del Arte.
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19:30h. – El viaje de Takara (Takara – la nuit où j’ai nagé)
Japón, 2017. Color. V.O.S.E. 79’. Dirección: Kohei Igarashi, Damien Manivel.
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El filme de Damien Manivel y Kohei Igarashi centra su historia en el viaje que hace un niño para ir a ver a su padre, que trabaja en una lonja de pescado, y así enseñarle un dibujo que hizo por la noche. El filme logra que empaticemos con el niño de 6 años llamado Takara Kogawa, de un pequeño pueblo de un valle en Aomori, que se desvía de su camino al colegio y ante su lógica de infante emprende un viaje solo, en tren, para buscar a su padre.
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El viaje se divide en tres actos y a través de la fotografía, los planos fijos y el paisaje, se revela el estado emocional del protagonista, que se enfrenta a su propio descubrimiento personal. Los silencios y el sonido ambiental refuerzan los estados emocionales del niño, logrando que veamos la realidad a través de sus ojos llenos de inocencia. Se trata de una exploración de la mente infantil, su particular visión del mundo y de la realidad.
Miércoles 27 de julio:
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19:30h. – ASAKO I & II (寝ても覚めても / Netemo sametemo)
Japón, 2018. Color. V.O.S.E. 119’. Dirección: Ryûsuke Hamaguchi.
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La protagonista de la película es Asako, una chica joven que se enamora de Baku, un hombre errático. Su amor intenso se ve interrumpido por el abandono repentino de Baku, que desaparece voluntariamente. Poco después Asako se enamora de otro hombre llamado Ryohei, superficialmente idéntico a Baku, pero de carácter diametralmente opuesto. Asimismo, la protagonista se expone a un aprendizaje sobre el amor. El título japonés Netemo sametemo significa “en el sueño y en la vigilia”, funciona como metáfora de las dos experiencias románticas; mientras Baku representa la impetuosidad e impulsividad, Ryohei ofrece una relación serena, monótona y segura. La simbología que envuelve las dos relaciones subraya el viaje emocional de la protagonista, como el estallido de petardos cuando conoce a Baku, o el río de Osaka frente a Ryohei, los dos interpretados en diferentes tipos de romance.
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La narrativa visual nos muestra el tipo de relaciones tortuosas que encontramos en nuestra contemporaneidad, situando al espectador en medio del dilema que atraviesa la protagonista. Ryūsuke Hamaguchi juega con las posibilidades que el guion proporciona a los protagonistas para reencontrarse con sus decisiones sentimentales, llevándolos por un viaje de desarrollo personal y aprendizaje emocional.
Jueves 28 de julio:
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19:30h. – Jesús (僕はイエス様が嫌い / Boku Wa Iesu – Sama Ga Kirai)
Japón, 2018. Color. V.O.S.E. 77’. Dirección: Hiroshi Okuyama.
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Esta obra cinematográfica nos sitúa en el camino de Yura, un adolescente que deja la ciudad de Tokio para irse a vivir a una zona rural. La historia se desarrolla principalmente ante el choque cultural que sufre Yura, ya que además se ve obligado a asistir a un colegio cristiano. En una de las oraciones escolares se encuentra con un Jesús en miniatura que le concede deseos, esto aportará a Yura un recurso muy útil que le acostumbrará a no resolver los impactos de la realidad. Repentinamente, y ante un momento de adversidad, Jesús desaparece justo en el momento más necesitado del protagonista.
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Hiroshi Okuyama nos presenta el interior de dos casas a través de una secuencia de planos, donde nos muestra ciertos elementos con funciones apotropaicas. Jesús se sitúa entre estos elementos como otro talismán viviente, parte de un escenario de colores fríos relativos al sentimiento de extrañeza del protagonista ante este nuevo y extraño hogar. Bien podríamos estar frente a la visión ingenua de un niño ante sus pertenencias, las cuales son percibidas a través de la creencia del animismo característica de la sociedad japonesa.
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Viernes 29 de julio:
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19:30h. – Más allá de los dos minutos infinitos (ドロステのはてで僕ら / Droste no hate de bokura)
Japón, 2020. Color. V.O.S.E. 70’. Dirección: Junta Yamaguchi.
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La película presenta un escenario particular, toda la trama ocurre en un edificio de vecinos. El protagonista llamado Kato, dueño de un café-restaurante situado en la planta baja del edificio, es un hombre de mediana edad que se encuentra en una situación inesperada. Se ve a sí mismo hablándose a través de la pantalla del ordenador de su habitación. Esta situación acaba involucrando a sus amigos, vecinos, trabajadores y clientes de su restaurante. Los personajes descubren junto a Kato que a través de la pantalla pueden verse en un futuro cercano, concretamente dos minutos en el futuro. Estos, que en principio encarnan la avaricia y a los individuos con afán de explotar los nuevos recursos, buscan el modo de ver más allá de dos minutos en el futuro enfrentando las pantallas, produciendo el efecto Droste, una repetición de imágenes cada vez más pequeñas e infinitas. La codicia de los personajes secundarios acaba comprometiendo al mismo protagonista, que se verá involucrado en una serie de circunstancias catastróficas.
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Los actores y actrices recurren al estilo teatral tradicional en una obra que atrae ideas futuristas junto a conflictos morales. Estamos ante una obra de ciencia ficción en clave de comedia rodada con un IPhone. Se trata de un nuevo estilo cinematográfico, financiado por crowdfunding, que se sitúa dentro del género de cine de autor y mantiene lazos con el jishu eiga o cine independiente.
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