Grandes compositores del audiovisual: Kitaro (喜多郎)

Rodeado de sintetizadores, Kitaro (喜多郎) siempre ha sorprendido con temas musicales de sonidos melódicos y fluidos que nos han transportado a tierras o mundos muy lejanos, así como nos invitan a estar en comunión con la naturaleza. Sin duda, es otro de nuestros “Grandes compositores del audiovisual”.

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Rodeado de sintetizadores, Kitaro (喜多郎) siempre ha sorprendido con temas musicales de sonidos melódicos y fluidos que nos han transportado a tierras o mundos muy lejanos así como invitarnos a estar en comunión con la naturaleza. Con la idea de que este estilo de música llegue a nuestro corazones, que puede elevarnos a una paz espiritual, y que la música puede sanar. Según sus propias palabras «El sonido tiene un gran poder para los humanos, para la naturaleza. En una ocasión cogí dos altavoces y en frente de cada uno coloqué una flor. De un lado sonaba música fuerte, del otro lado venía mi música. Después de una semana, la flor frente a mi música se inclinaba hacia el altavoz, la otra murió. Creo que es lo mismo para los humanos». Esta siempre ha sido la filosofía del genio japonés a la hora de crear música.

Orígenes:

Kitaro nació en Japón en 1953. Su nombre de pila es Masanori Takahashi (高橋正則), pero tomó el nombre artístico de Kitaro, que significa «hombre de alegría y amor». Procedente de una familia de agricultores de ascendencia budista-sintoísta, creció en un ambiente rural donde la naturaleza marcó mucho su forma de ser y entender la vida.

El primer instrumento que aprendió a tocar fue una guitarra eléctrica que le regaló su tía a la edad de nueve años, descubriéndole bandas tan míticas como The Beatles, Pink Floyd y King Crimson. Ya en el instituto comenzó a tocar la guitarra eléctrica influido por el soul y el blues de norteamericanos como Otis Redding. Fue entonces cuando formó su primer grupo “Albatros” junto con otros compañeros de clase; nombre que tomaron de la canción homónima de los británicos Fleetwood Mac. Muy pronto llegaron los teclados a su vida y su vocación por ellos. Su introducción al sintetizador se produjo en 1970 cuando fundó el grupo The Far East Family Band, girando en concierto por Europa en el año 1972. En dicha gira conoció al mago alemán de los sintetizadores Klaus Schulze, por aquel entonces integrante de Tangerine Dream , y este produjo dos álbumes para el grupo: Nipponjin y Parallel World. Music.

Este encuentro supuso para Kitaro un cambio radical en su vida y tuvo claro que los sintetizadores eran los instrumentos que le harían realizarse por completo como músico en solitario, dejando atrás el proyecto The Far East Family Band. Como él mismo ha manifestado en más de una ocasión «Fue una expresión de calado muy personal. Cuando llegó el momento de irme en solitario, no fue un cambio dramático o una salida, sino más bien una progresión natural de la expresión del ser en mi interior profundo».


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Así pues, aprovechando todos los grandes avances tecnológicos que su país le ofrecía, creó su propio estudio en Yasaka, trabajando unos recursos que para sus contemporáneos eran inimaginables en aquella década: todo tipo de teclados polifónicos (samplers incluidos) y secuenciadores así como 32 pistas digitales. Creando un sello muy personal que pronto fue muy reconocido por público y crítica.

Creando un estilo:

Kitaro tenía muy claro que sus trabajos serían muy conceptuales, con temas monográficos para sus LP. En 1977 lanzó su primer álbum en solitario, Ten Kai-Astral Trip y dos años más tarde llegaría su primer gran éxito Silk Road (1980); banda sonora para un documental de la cadena NHK que reflejaba el comercio entre Japón y Europa. Fue tal el éxito de dicho documental que la cadena estuvo renovándolo por un periodo de cinco años. La música compuesta por Kitaro alcanzó para tres álbumes y se convirtió en todo un suceso en Estados Unidos bajo el título de India.

Durante este periodo, a Silk Road le siguieron Astral Voyage (1985), Full Moon Story (1979), Queen Mellenia (1982), Asia, Silver Cloud (1984), Toward the West (1985), Tenku (1987) o The Light of the Spirit (1987). Cada uno de ellos apuntalando más la maestría del compositor a la hora de componer música distinta que transporta a quien la escucha a esos mundos que reflejan sus títulos y sonoridades.

En 1986 inició su ascensión meteórica en Occidente. Fue fichado por la compañía norteamericana Geffen y con ella editó Tenku, que literalmente significa Firmamento Celestial. Ese mismo año comenzó a ponerse de moda la música new age, un tipo de música lírica y relajada, principalmente acústica, pero que admitía también sintetizadores suaves y melódicos. Kitaro fue acogido como el principal exponente de esta corriente musical, aunque a él nunca le ha gustado que le encasillaran en un determinado estilo de música. Posteriormente publicó Ten Years, doble álbum antológico de su etapa japonesa, y siguió haciendo sus obras al margen de la moda.


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Estados Unidos:

Diez años y una docena de álbumes después, Estados Unidos estaba listo para Kitaro. Su primera gira estadounidense, que comenzó en el otoño de 1987, atrajo a oyentes de todas las edades. Rodeándose de grandes músicos, con el compositor al frente de sus bancos de sintetizadores junto a otros dos teclistas, guitarra, violinista, batería y percusionista. Así como un espectáculo de luces pocas veces visto en un concierto. USA Today dijo en su momento de esta gira: “Por momentos su espectáculo, como sus discos, es cósmico, casi como una banda sonora de ciencia ficción. Otras veces, suena como música terrenal con el simple sonido de una flauta regalando nuestros oídos con una maravillosa música que nos llena de paz y armonía”.

También en 1987 editó The light of the spirit, autoproducido junto a Mickey Hart, antiguo batería de Grateful Dead y que estaba embarcado en esos momentos en la ola new age. Fue la primera vez que músicos residentes en California tocaron en un disco de Kitaro. Con este último trabajo emprendió una impresionante gira norteamericana, que incluyó 25 ciudades en 31 días, lo que le sirvió para vender en 1988 diez millones de ejemplares de sus discos editados hasta ese momento, de los cuales The Silk road y Ten Years fueron los más solicitados. Pensó entonces quedarse a vivir en Estados Unidos y compró una finca de 180 acres en Boulder, Colorado. Llamó Casa Moochi a su nuevo estudio de 750 metros cuadrados, y allí concibió diversas obras, alguna de ellas realmente estrambótica como Cirque Ingenieux, mezcla de circo europeo y musical de Broadway.

En esta etapa Kitaro alcanzó cinco nominaciones al Grammy y un Globo de Oro. Trabajó con Jon Anderson, vocalista de Yes, en Dream (1992), y con el director cinematográfico Oliver Stone para hacer una de sus mejores partituras, la banda sonora de Heaven and Hell (1993), en donde se alejaba de la new age para asumir un tipo de estética mas étnica y creativa. Ese amor por lo tradicional le llevó a crear su propio sello discográfico, Domo Records, desde donde siempre ha ayudado a solistas que hacían una música demasiado pura y folclórica, sirva como ejemplo de esto la serie Kitaro World of Music en la que dio a conocer a muchísimos músicos anónimos editando sus músicas como el monje flautista tibetano Nawang Khechog o del violinista chino Yu Xiao Guang.

Kitaro en el nuevo siglo:

En 2000 edita, Thinking Of You, trabajo al que algunos medios especializados llamaron «uno de los CD más bellos de todos los tiempos», ganando un Grammy al Mejor Álbum New Age. Kitaro atribuye este Grammy a la filosofía de que, fundamentalmente, en el fondo, su música siempre se trata de enviar un mensaje profundo de paz y desarrollo espiritual, tanto a nivel personal como global.

La serie Ku-Kai surgió después de los acontecimientos mundiales del fatídico día 11 de septiembre de 2001. Ese día, Kitaro viajaba en un avión desde Japón rumbo a Los Ángeles cuando el vuelo transcontinental se desvió a Hawái durante 5 días debido a la tragedia. Fue durante este tiempo de incredulidad e incertidumbre que el compositor imaginó la serie como un medio para unir al mundo a través de la música que abraza un mensaje universal de paz. La serie Sacred Journey of Ku-Kai es un viaje terrenal que nos transporta como oyentes a los 88 templos sagrados ubicados en la isla de Shikoku en Japón.

Tras estos acontecimientos, el compositor es más consciente que nunca del mensaje de su música y hasta la presente, aún editando algún álbum de estudio, sus esfuerzos han ido volcados en realizar conciertos alrededor de todo el mundo para llevar un mensaje de esperanza a la humanidad. Siendo el culmen de estos los conciertos Kitaro / daylight, moonlight: Live In Yakushiji (2002), Symphony Live In Istanbul (2014) y Kojiki: A Story In Concert (2019).

NOTA: Quiero agradecer esta entrada a Juan Ramón Hernández, que continúa ampliando como firma invitada nuestros contenidos relacionados con el mundo de las bandas sonoras.

Esperamos que gracias a estas entradas os animéis a descubrir fantásticas bandas sonoras y a sus respectivos compositores.


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