Grandes compositores del audiovisual: Joe Hisaishi (久石 譲)

Nuestros “Grandes compositores del audiovisual” reciben a Joe Hisaishi (久石 譲), uno de los grandes genios de la música contemporánea cuyo legado y bagaje está al alcance de muy pocos y seguro le servirá para entrar (aunque eso es algo que ya ha hecho) con letras de oro en los libros de historia de la música.

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Joe Hisaishi (久石 譲) nació el 6 de diciembre de 1950 en Nagano, Japón, con el nombre de Mamoru Fujisawa (藤澤守). Su formación musical que se inspira en la tradición sinfónica occidental, el pop, el jazz, la música electrónica y new age así como el minimalismo, comenzó muy pronto, cuando empezó a tomar clases de violín a los cinco años; destacando rápidamente en su interpretación así como en la de trompa. A muy temprana edad también quedo “atrapado” por el cine, con lo que esta conjunción de aprendizaje e intereses encaminaban inequívocamente a que estas dos artes cobrarían un papel decisivo en su vida.

Su pasión por la música no hizo sino acrecentarse con el paso de los años y estudios, y a los diecinueve años, Fujisawa se matriculó en la Escuela Superior de Música de Kunitachi, donde se especializó en composición bajo la tutela, entre otros, de una de las figuras claves en la composición de música para anime: Takeo Watanabe, graduándose a finales de los años 60. Ya en los años 70, su pasión por la música hizo que “bebiera” inevitablemente de la mezcla cultural de música popular japonesa, new-age y música electrónica que surgió en su país. Géneros que influyeron en el joven Fujisawa, en especial la ola de música electrónica japonesa encabezada por la Yellow Magic Orchestra del tristemente desaparecido Ryuichi Sakamoto. Todo esto le llevó a trabajar como cajista de música minimalista, adquiriendo una gran experiencia en obras del movimiento The New York Hypnotic School.

Tras trabajar en un estudio de grabación de partituras en 1974, la carrera del joven Fujisawa toma un gran impulso después de que una composición suya para una película de animación titulada Gyatoruzu the First Human recibiera grandes elogios. A este trabajo le sucedieron otros en esta primera época como Robokko Beeton, Sasuraiger y Tekuno porisu 21C . En 1981, ya con el nombre artístico de Joe Hisaishi (inspirado en cómo se traduce el kanji aproximadamente del apellido del famoso productor discográfico muy admirado por Fujisawa: Quincy Jones) publicó su primer álbum, titulado MKWAJU, y el segundo, Information, en 1982.

Ambos muy experimentales y que sirvieron como una estupenda carta de presentación para un productor cinematográfico que quedó gratamente impresionado por la forma de crear música del joven compositor. Dicho productor era ni más ni menos que Isao Takahata, el cual recomendó a un emergente Hayao Miyazaki, que estaba trabajando en un nuevo largometraje, que fuera aquel joven quien compusiera la banda sonora. Esa película era Nausicaä del Valle del Viento, y – según palabras del propio Hisaishi – su belleza narrativa le inspiró a profundizar como nunca antes hasta ese momento en su forma de componer. De hecho, aquí comenzó una de las colaboraciones creativas más importantes y prolíficas de su carrera, y su composición fue pionera en la música de los largometrajes de animación japoneses.

Entre 1980 y 1988, compuso las partituras de Mobile Suit Gundam Movie II: Soldiers of Sorrow, Mobile Suit Gundam III: Encounters in Space, Arion, Robot Carnival, Crest of the Royal Family. En 1983, también compuso la banda sonora de la popular serie de televisión de ciencia ficción Mospead, que luego utilizó Carl Macek para Robotech. Dos de las obras más importantes de Hisaishi se compusieron también en la década de 1980: las partituras de Sasuga no Sarutobi y Futari Taka. Igualmente, en dicha década, llegarían dos colaboraciones más con Miyazaki: Tenkuu no Shiro LAPUTA (1986) y Kiki´s Delivery Service (1989) donde la vertiente sinfónica del compositor ya quedaba más manifiesta.


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Los 90 traen a Hisaishi otra de sus colaboraciones más icónicas; la que supuso unir su camino con el de Takeshi Kitano, para el que a lo largo de 12 años crea bandas sonoras tan importantes en su carrera como A Scene at the Sea (1991), Sonatine (1993), Hana-bi (1997), Kikujiro no Natsu (1999), Brother (2000) y Dolls (2002) todas ellas con unas sonoridades que ahondan más en lo dramático y afligido de una manera muy bella y con gran protagonismo del piano. Historias, todas ellas, que también le sirvieron para crecer mucho como compositor y narrador de historias a través de su música. Esta década también le trae dos nuevas colaboraciones con Miyazaki: Porco Rosso (1992) y Mononoke Hime (1997). La primera ofreciendo una partitura muy bucólica y variada y la segunda, una apabullante y extensa partitura sinfónica con un inolvidable tema asociado a la protagonista.

En los 2000, al margen de sus dos últimas colaboraciones con Kitano, aparece en el camino de Hisaishi el componer la música de su primera producción no japonesa: Le Petit Pouce (2001) a esta le seguirían producciones en Corea: Welcome to Dongmakgol (2005); China: The Postmodern Life of My Aunt (2006), The Sun Also Rises (2007) y The Legend (2007). Con mención especial para las dos últimas en cuanto a la calidad de composición y orquestación en ambas partituras.

Así mismo son tres nuevas colaboraciones con Miyazaki las que aparecen en dicha década: Sen to Chihiro no kamikakushi (2001), Howl´s Moving Castle (2004) y Ponyo on the Cliff by the Sea (2008); partituras desbordantes de bellísimas melodías y sinfonismo las dos últimas así como más comedida, pero no por ello menos hermosa, la banda sonora de la oscarizada Chihiro; donde el compositor se acerca más a su faceta más intimista y contenida sin renunciar a las grandes formaciones orquestales. Dicha faceta alcanza uno de sus puntos álgidos en Departures (2008), película dirigida por Yojiro Takita donde Hisaishi da absoluto protagonismo al violonchelo en esta preciosa historia sobre la vida, la muerte y la familia.

A estas alturas es tal el legado del binomio MiyazakiHisaishi que en el año 2008 se celebraron 3 conciertos (4, 5 y 6 de agosto) en el estadio Budokan de Tokio, para celebrar los 25 años de esta unión. Fue un acontecimiento multitudinario en el que participaron unos 1.200 músicos (200 para orquesta sinfónica, 800 para coro y 160 de banda de música). Un concierto único que sirvió de modelo para los conciertos que el compositor ofreció posteriormente en Francia y Estados Unidos.

De la mano de la década de 2010 viene la segunda banda sonora para un videojuego en la carrera de Hisaishi (la primera había sido en el año 1992: Tengai Makyo II Manjimaru). Dicho videojuego viene apadrinado por Studio Ghibli junto al desarrollador Level-5 y, sin atisbo de duda, es hasta las presente uno de los más grandes trabajos del compositor en el que destaca un maravilloso tema central dentro de una obra sinfónica que es de lo mejor compuesto para un videojuego. También aparece en esta época un nuevo binomio en la carrera de Hisaishi, el formado junto al veterano Yoji Yamada para dar vida musicalmente a las historias de Tokyo kazoku (2013), Chiisai ouchi (2014), Kazoku wa tsuraiyo (2016) y Kazoku wa tsuraiyo 2 (2017). Todas ellas bandas sonoras sencillas que transitan entre lo cómico y lo sentimental pero muy efectivas en el transcurrir de todas las historias.


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Cómo no, también en esta década, los caminos de Miyazaki e Hisaishi vuelven a encontrarse. Y lo hacen para dar vida a Kaze tachinu (2013) que, aunque más contenida musicalmente que anteriores trabajos para Studio Ghibli, la magia y refinamiento de la música siguen siendo magníficos hilos conductores en una preciosa historia. Y he aquí, que quien recomendó a un joven Miyazaki que contara con un joven compositor para Nausicaa, estaba también dirigiendo un largometraje al mismo tiempo que su colega hacía lo propio con Kaze tachinu. Dicho largometraje era Kaguya-hime no monogatari. Y por primera vez (y desgraciadamente última tras la muerte de Isao Takahata), tras tres décadas asociando su nombre a Studio Ghibli, Hisaishi iba a componer la banda sonora para una película del añorado director. El resultado fue una preciosa partitura a caballo entre lo íntimo y lo enfático. Dotando con su música a la exuberante belleza de las imágenes de la película de Takahata un plus narrativo al alcance de muy pocos.

Una madurez que ha seguido mostrando en los últimos años hasta llegar a Kimitachi wa do ikiru ka (The Boy and the heron). Posiblemente la última película de Miyazaki (aunque con este hombre nunca se sabe) y la más minimalista y contenida de todas las composiciones creadas por Hisaishi para una película de su querido amigo. Banda sonora que a falta de ver la película, promete ser de una gran carga emotiva contándonos esta nueva historia del genio japonés que hay tras el mandil, gafas y cigarrillo eternos.

Prolífico como pocos, a lo largo de los años Hisaishi creó su propio sello discográfico, al que llamó Wonder Land Inc. Su carrera fuera del cine continuó en 2004 realizando una gira de piano. En 2006, publicó otro álbum de estudio titulado Asian X.T.C. Muy reconocido por sus obras. Recibió la Medalla de Honor con lazo púrpura del Gobierno japonés en 2009. Nombrado profesor de la Escuela Nacional de Música de Japón. También ha ganado ocho veces el Premio de la Academia Japonesa a la Mejor Música. Ha escrito un puñado de sinfonías hasta la fecha, las dos últimas las completó durante el confinamiento de la pandemia de 2020-21. Un periodo muy prolífico de composición al que siguió una serie de conciertos en todo el mundo con todas las entradas agotadas (cinco días consecutivos en el Radio City Music Hall de Nueva York en 2022). Y muchas más actuaciones y conciertos programados para los dos próximos años, sin olvidar las interpretaciones de su Segunda Sinfonía y una nueva obra, Saga para viola y orquesta.

En definitiva; estamos ante uno de los grandes genios de la música contemporánea cuyo legado asciende, hasta la presente, a 476 trabajos como compositor, 400 como arreglista, 83 como intérprete y otros tantos como productor. Un bagaje al alcance de muy pocos que seguro seguirá aumentando con el paso de los años para entrar (aunque eso es algo que ya ha hecho) con letras de oro en los libros de historia de la música.

NOTA: Quiero agradecer esta entrada a Juan Ramón Hernández, que continúa ampliando como firma invitada nuestros contenidos relacionados con el mundo de las bandas sonoras.

Esperamos que gracias a estas entradas os animéis a descubrir fantásticas bandas sonoras y a sus respectivos compositores.

https://www.youtube.com/watch?v=noTleyq3Gcc

https://www.youtube.com/watch?v=NFXDA1Htv8Y

https://www.youtube.com/watch?v=1mr8HUE0eK0


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2 comentarios el “Grandes compositores del audiovisual: Joe Hisaishi (久石 譲)

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