En el año 2011 Goro Miyazaki dirigió su segundo largometraje para el Studio Ghibli, la adaptación del manga de Tetsurō Sayama y Chizuru Takahashi ‘La colina de las amapolas‘ (コクリコ坂から). Un maravilloso drama ambientado en el Japón de los años 60, con una historia de amor digna del estudio más prestigioso.
Japón, año 1963. Umi Matsuzaki es una buena estudiante de instituto que en ausencia de su madre (por trabajo viaja mucho y pasa poco tiempo en casa) y tras la perdida de su padre en la Guerra de Corea (cuando transportaba un barco de suministros) cuida a sus dos hermanos y a su abuela a la par que ayuda en las labores del Coquelicot Manor, un hostal de estilo occidental que antaño fue un hospital, situado en lo alto de una colina cercana al mar. Una colina donde su abuelo le instaló un mástil para que ella pudiera colgar las banderas con las que le enviaba mensajes al barco de su padre y cuyos mensajes cambia a diario.
Umi es una chica responsable, capaz de llevar adelante sus responsabilidades en el Coquelicot Manor con su vida diaria escolar. Un día conoce a Shun Kazama, miembro del club de literatura, y Shiro Mizunuma, presidente del consejo de estudiantes. Ambos son representantes del Quartier Latin (o Culture Town), un edificio antiguo que alberga desde hace décadas las diferentes asociaciones de estudiantes que han pasado por el instituto. El centro corre el peligro de ser demolido y los estudiantes tendrán que hacer todo lo que esté en sus manos para que no se pierda el que para ellos es un símbolo, organizándose entre todos para impedir el derrumbe del emblemático edificio.
Las chicas del instituto comienzan a ayudar, unas limpiando, otras remodelando,cada una aportando su conocimiento… y como no podía ser de otro modo, Umi echará una mano en la composición de los panfletos del club de literatura. Entre Umi y Kazama surgirá una profunda amistad que podría verse complicada con el inesperado descubrimiento de un secreto del pasado. Juntos descubrirán una forma de convivir entre el turbio pasado, el difícil presente y el esperanzador futuro en un momento del tiempo donde Japón empezaba a levantar cabeza. Juntos vivirán una entrañable historia de amor, amistad y esperanza…
«Espero que conozcas pronto a alguien maravilloso, así no tendrás que seguir izando esas banderas….«
Goro Miyazaki no tendrá una carrera fácil teniendo en cuenta que «carga» con un apellido importante a sus espaldas. Probablemente por ser el hijo del maestro Hayao Miyazaki, tendrá los ojos de la crítica puestos sobre cualquier trabajo que realice. Algo comprensible por otro lado puesto que no es fácil ganarse el puesto que ocupa su padre en el mundo de la animación y que se ha ganado a base de esfuerzo y dedicación. Siendo sincero, nunca me ha parecido -y así lo he expuesto cuando he sido preguntado o ha surgido el tema- que ‘Cuentos de Terramar’ (Gedo Senki / ゲド戦記), su anterior trabajo y ópera prima como director en el Studio Ghibli, sea una mala película. Se le pueden achacar muchos términos y criticar muchos aspectos con una base fundada, pero como digo debe de ser muy complicado tener la responsabilidad de tener en tu espalda un apellido como Miyazaki dedicándote al mundo de la animación. Con «La colina de las amapolas» el director ha podido superar -con nota, desde mi punto de vista- las críticas recibidas por su anterior trabajo y demostrar que con el tiempo y la experiencia es capaz de conseguir hacer grandes trabajos como es el caso que hoy nos ocupa.
Y es que nos encontramos con una cinta que sin ser perfecta roza la perfección, que con su ritmo hace que no podamos apartar la mirada de la pantalla durante su hora y media de duración que termina haciéndose corta, una cinta que sin pretenderlo ha conseguido ser una de las que más me ha sorprendido dentro del conjunto de cintas que podríamos clasificar en un grupo de las de corte más intimista del Studio Ghibli (donde destacaría ‘Susurros del corazón’ o ‘Puedo escuchar el mar’, por ejemplo). Siempre he defendido y prodigado que la animación es un género único que consigue gracias a su formato recrear situaciones y transmitirnos emociones y sentimientos que otros no pueden conseguir con tanta efectividad (aunque entenderéis mi opinión, se me viene a la cabeza en estos momentos Satoshi Kon y títulos como ‘Paprika’, ‘Millennium Actress’, ‘Tokyo Godfathers’ o ‘Perfect Blue’ para explicarlo).
Goro Miyazaki consigue un excelente melodrama ambientado en los años 60 (Olimpiadas de Tokyo 1964) donde se dan cita otros valores como la lucha por defender lo que se quiere, el respeto y el recuerdo del pasado para poder tener un mejor futuro y por encima de todo, destacar el entusiasmo y la energía que desprende la juventud. ‘La colina de las amapolas’ nos presenta una historia muy interesante, fragmentada en diversas tramas dentro de la misma, jugando con el espectador para que vayamos conformando poco a poco el pasado de los personajes, además de contar con un buen desarrollo argumental, incluyendo la revuelta o revolución de los estudiantes. Quizás estos temas son algo diferentes a los que podemos estar habituados, pero se desenvuelve como pez en el agua haciendo que una historia sencilla en su contenido se haga interesante y cargada de simbolismo en su continente. Desde luego que cualquiera que vea la película no podrá olvidar esa colina de las amapolas, donde se encuentra un mástil desde el que se envían mensajes con pequeñas banderas de señales marítimas.
«Hermosa muchacha, ¿Por qué envías tus señales hacía el cielo?«
En cuanto a la animación, donde destacan nombres como Hiroyuki Aoyama, Katsuya Kondô o Hiromasa Yonebayashi -que si sois seguidores del Studio probablemente os suenen de algo-, se ha realizado un gran trabajo. Solo hay que ver la cantidad y calidad de detalles que se nos presentan, desde los personajes hasta los fondos, así como la fantástica ambientación que desprende la cinta. Personajes bien definidos, marcados, de trazo limpio y que como no, hacen que rememoremos a otros personajes que hemos visto del Studio por su particular estilo (aparte del parecido físico, el momento paseo en bici es un claro homenaje -o al menos así quiero pensarlo- a la preciosa cinta del tristemente desaparecido Yoshifumi Kondo «Susurros de corazón» con los personajes de Seiji y Shizuku, que si no habéis visto aún aprovecho para insistir en su visionado). Junto a eso hay que decir que la composición de planos es soberbia.
Su banda sonora -en la que desgraciadamente para nosotros no ha participado otro maestro como es Joe Hisaishi-, aporta ese perfecto nexo de unión entre imagen y sonido. El compositor elegido fue Satoshi Takebe que consigue un más que interesante toque de dinamismo y ritmo que casa a la perfección con los momentos más dramáticos. Además contamos con Aoi Teshima que interpreta algunos temas maravillosos (‘Yoake~Asagohan no Uta’, ‘Hatsukoi no Goro’ y especialmente destacable el de ‘Sayonara no Natsu‘), así como Kyu Sakamoto que con su ‘Ue o moite arukou‘ nos traslada a otra época, nos hace rememorar el Japón de los 60 (de hecho, la canción escaló a los más altos puestos de ventas en Estados Unidos en 1963 -Billboard- y aunque su título es 上を向いて歩こう o «Camino mirando arriba», es también conocida en el mundo como «Sukiyaki»).
Nos encontramos pues ante una excelente película del Studio Ghibli que curiosa y desgraciadamente no ha sido editada aún en nuestro país -aunque hay una edición de Zima (México) que tanto en DVD como en Bluray tiene audio latino y subtítulos para la versión original-. Hago desde aquí un llamamiento a las distribuidoras de nuestro país. Señores, estamos hablando de un título del Studio Ghibli y nos ha llevado muchos años poder contar con su catálogo. Es muy triste que tengamos que recurrir a otras vías tan criticadas para poder disfrutar de esta película, pues no sería yo el único dispuesto a pagar por ella para poder disfrutarla en casa. Mientras hay -o no- noticias al respecto, tendremos que esperar un poco -no mucho ya- para ver el nuevo trabajo de Goro, la serie de televisión ‘Sanzoku no Musume Ronia‘ (山賊の娘ローニャ / Ronia, la hija del bandolero).
«Destruid lo antiguo y destruiréis nuestros recuerdos del pasado…«
Dirigida por Goro Miyazaki, ‘La colina de las amapolas’ cuenta con un guión de Hayao Miyazaki y Keiko Niwa (basado en el manga de mismo nombre de Tetsurō Sayama y Chizuru Takahashi). Entre su elenco de voces contamos con Masami Nagasawa, Junichi Okada, Keiko Takeshita, Yuriko Ishida, Jun Fubuki, Shunsuke Kazama, Nao Ōmori y Teruyuki Kagawa.
La película ha sido producida por Toshio Suzuki, Tetsurō Sayama y Chizuru Takahashi y la banda sonora compuesta por Satoshi Takebe.
Lo mejor: El saber después de verla que estás ante una fantástica obra que con el tiempo será más reconocida.
Lo peor: Me es imposible destacar algún punto negativo.
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Enlaces: Web oficial de la película, Ficha en Sensacine