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«El haiku es un forma de arte de las palabras. Siento que con los haikus puedo expresar mejor las cosas, aunque no se me da bien leerlos en voz alta…«

Para celebrar el décimo aniversario del sello «flying DOG» (株式会社フライングドッグ) nos llega de manos de Signal.MD y Sublimation esta fantástica película titulada «Palabras que burbujean como un refresco» (サイダーのように言葉が湧き上がる / Words Bubble Up Like Soda Pop) dirigida por Kyohei Ishiguro y escrita por Dai Sato («Cowboy Bebop», «Altered Carbon: Reenfundados»). Hemos podido disfrutarla recientemente en la plataforma Netflix pues, tal y como os contamos en la programación semanal, lleva añadida a su catálogo desde el pasado 22 de julio de 2021. He de reconocer que ya al conocer el proyecto tenía bastante interés en ver el resultado, pues no deja de ser un producto creado con una intención diferente a cualquier otro normal y esa mezcla de anime y música siempre me ha gustado. Hace un tiempo tuvimos una serie de reportajes dedicados a colaboraciones entre grupos de música o autores que hicieron uso de estudios de animación o directores concretos para sus videoclips. Quizá deberíamos recuperarlo en alguna próxima entrada. El caso es que «Palabras que burbujean como un refresco» me ha dejado muy buen sabor de boca, porque nos presenta una propuesta visualmente atractiva, muy estimulante y colorida.

Y es que a sus 41 años Ishiguro, director al que ya conocíamos por su participación en algunos episodios de «Fairy Tail», «Your lie in april», «Psycho-pass» o «Children of the whales» (que también tenemos en Netflix), da rienda suelta a su creatividad y demuestra que sin duda, vamos a seguir leyendo y escuchando su nombre -esperamos- durante mucho tiempo. Me ha gustado mucho y recordado al mismo tiempo por su planteamiento a otra película como puede ser «Summer Wars» de Mamoru Hosoda (permitidme el símil, ahora desarrollaré mejor este tema). Y es que la cinta está repleta de contrastes, tanto a nivel visual como argumental. Contrastes que ponen sobre la mesa aspectos que parecen tan diferentes entre sí -pero que al mismo tiempo consiguen una interesante fusión- como la vida rural o de ciudad, la tecnología frente a lo «de toda la vida», las aplicaciones digitales frente a lo palpable. Y es que al mismo tiempo también nos deja ver una realidad cada día más habitual entre los jóvenes a través de sus personajes protagonistas: Sakura, al que llaman Cherry (y cuya voz es la de Somegoro Ichikawa) trabaja en un centro de día con personas mayores, mientras que Smile es una influenser reconocida. Un encuentro fortuito hace que se conozcan y así se inicie esta simpática historia entre dos personas que a priori podrían parecer muy diferentes pero que en realidad tienen mucho en común, destacando por encima de todo la falta de confianza en uno mismo.

«Parece que la gente te presta más atención en las redes, sé lo que quieres decir…«

Ahí es donde nos encontramos con unas interesantes críticas (o más bien, reflejos de esa realidad que comentaba antes). Cherry es un chico introvertido al que le cuesta expresarse abiertamente, pero al mismo tiempo tiene facilidad y fascinación por uno de los elementos representativos de la cultura japonesa: el haiku​ (俳句). Como posiblemente ya sabréis, se trata de un tipo de poesía japonesa consistente en un breve poema compuesto por un total de diecisiete sílabas (escrito en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente). Tal y como resumió Octavio Paz: «El haiku es un organismo poético muy complejo. Su misma brevedad obliga al poeta a significar mucho diciendo lo mínimo». Aunque también hace uso de las redes sociales (una similar a Twitter llamada «Curiosity») para colgar sus rimas, le gusta consultar con un diccionario especializado que lleva adherido a su teléfono móvil. En el caso de Smile (que cuenta con la voz de Hana Sugisaki) es donde queda más patente esa importancia que las redes sociales tienen hoy en día para los jóvenes (haciendo directos, consultando los likes y seguidores,…). Cosas separadas por el tiempo, pero que si no pasan de moda, será por algo. En este sentido, otro punto interesante de la trama relacionado con las redes sociales es el tema de los cánones de belleza, de esa necesidad de dar una apariencia a veces creada, de gustar a los demás probablemente influenciada por los complejos creados por inseguridades o comentarios ajenos por esa apariencia. Y es que las redes sociales también son un arma de doble filo.

Si habéis visto «Summer Wars» de Hosoda, supongo que ya entenderéis a lo que me estaba refiriendo antes. Y es que el mensaje es bastante evidente: Se puede disfrutar y compaginar tanto lo clásico como lo moderno, el leer en papel o en digital, el usar apps o recurrir a lo físico, el oír música en streaming o seguir comprando Cd’s y vinilos. Sin olvidarnos de ese reconocimiento a la tercera edad (que personalmente tanto agradezco que se siga plasmando en cintas como esta), de ese respeto a los mayores a los que, pese a las enfermedades, no podemos dejar en el olvido. A nivel técnico, la verdad es que como decía al iniciar esta reseña, nos encontramos con una película de esas que te entra por los ojos, llena de color, con unas fantásticas perspectivas repletas de detalles y una animación que mezcla bastante bien las técnicas 3D y tradicional, con planos que bien podríamos considerar ilustraciones de esas que os mostramos en nuestros reportajes artbook. En definitiva, si tenéis 97 minutos disponibles, no dudéis en darle una oportunidad a esta película, porque con sus dosis de humor, romance y emotividad, acompañadas de una banda sonora preciosa de Kensuke Ushio (con el tema principal «Cider no You ni Kotoba ga Wakiagaru» de never young beach) y una animación muy llamativa, seguro que vais a disfrutar de una cinta muy entretenida y «refrescante». Como siempre, esperamos conocer vuestras impresiones en los comentarios de esta entrada o en nuestras cuentas de Facebook, Twitter o Instagram.

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