Pese a ser más conocida por sus obras shojo, Wataru Yoshizumi nos descubre en ‘Cappuccino‘ (カプチーノ) un cambio de estilo y de público, con un josei cuyos puntos a favor y en contra os detallamos en nuestra reseña. La edición de este tomo único corre a cargo de Planeta Cómic.
Sôsuke Fujitani y Ari Kojima son dos jóvenes veinteañeros que salen juntos desde que se conocieron en un seminario en la universidad; para no tener que vivir distanciados y que esto se convierta en un motivo por el que su relación se vaya perdiendo, un día deciden irse a vivir juntos con total naturalidad, hecho que no está bien visto inicialmente a no ser que tengan pensamientos de casarse o formalizar su relación. Ellos, mientras tanto, siguen su rutina diaria con intenciones de casarse algún día, pero todavía no han dado el paso de decírselo a sus respectivos padres.
Aunque ellos no han dudado ni un momento de su futuro juntos, la mentalidad de sus padres es distinta y a pesar de la negativa inicial, conseguirán tener su visto bueno, pero no todo será lo que parece… ‘Cappuccino’ nos presenta una historia de amor amargo con un toque más adulto, sobre el amor de una pareja que ha decidido compartir su vida y sobre cómo en la vida no hay nada escrito y los cambios se pueden producir de un momento a otro, sin esperarlos ni buscarlos.
«No recuerdo si fui yo o si fue Sôsuke quien propuso ir a vivir juntos…»
He de comenzar esta reseña advirtiendo que no soy lector habitual (aunque leo de todo) de shojo ni de josei -género en el que se engloba este tomo-, por ello espero que tengáis en cuenta este hecho a la hora de leer mi valoración. Wataru Yoshizumi debutó en 1984 con ‘Radical Romance‘ en la revista Ribon Original y su actividad profesional se ha desarrollado siempre en la Ribon y sus suplementos. Entre sus obras más conocidas figuran ‘Handsome na kanojo‘, ‘Marmalade Boy‘, ‘Somos chicos de menta‘ y ‘Ultra Maniac‘. Dos de ellas, Marmalade Boy (conocida por los espectadores españoles como ‘La familia crece’) y Ultra Maniac han sido adaptadas a la animación. Il Cappuccino -título original de la obra- fue publicado entre 2008 y 2009 en la revista Chorus y nos transporta con una historia más adulta, dirigida a un target objetivo más habituado o con más experiencia, que probablemente sabrá ponerse más en situación con la historia que nos presenta.
Es evidente que nos encontramos con una obra donde los sentimientos están a flor de piel, donde como en cualquier trama romántica priman por encima de todo los gestos, los detalles que hacen diferente al otro en la pareja. Son esos momentos los que marcan una relación -entre otra serie de cosas-, pero en esta ocasión un momento puntual cambiará las tornas haciendo que pasemos del dulce al agridulce, o más bien a conocer el lado amargo del amor, pues como el café -o el cappuccino que da nombre a este tomo y que forma parte intrínseca de esta historia- puede tornarse dulce o amargo, dependiendo de si queremos endulzarlo o tomarlo solo. En este aspecto, la autora consigue hacer una trama más adulta que en otras de sus obras más conocidas, por lo que hasta aquí todo bien.
De hecho, pese a ser una historia amarga intenta transmitir un tono positivo (de todo se aprende en la vida, de los buenos momentos pero también de los malos), un tono de superación, de que pese a que cada miembro de una pareja debe de tener su espacio, siempre habrá algo que deberá permanecer común a ambas partes. Y eso no es otra cosa más que la sinceridad, la verdad. Algo que debe prevalecer como base de cualquier relación, pues de otro modo no tardarán en aparecer fracturas, problemas, dudas y malestar. En este sentido, me parece que la historia está bien desarrollada y cumple con su cometido. Pero en cambio, es en el desarrollo de personajes donde encuentro el principal problema -y quizás sea porque como he comentado, no soy lector habitual de este tipo de historias, o porque, quizás, no llegue a comprender algunas situaciones y algunas formas de actuar de estos personajes-.
«Hoy estás más amable de lo normal, ¿Es porque te sientes culpable por algo?»
No entraré a desvelar la trama -aunque se medio intuye por la sinopsis-, pero realmente nos encontramos con una pareja protagonista que pese a tener cierto interés, éste se va disipando a medida que avanzan las páginas, pero no por parte del lector o lectora, sino porque su personalidad se mantiene estática e incluso se convierte en un reflejo de ciertos estereotipos que a día de hoy no creo que sean reflejo de la sociedad que estamos intentando construir. Por poner un ejemplo, ella es la chica que se convierte sin quererlo en la ama de casa y en una chica «sumisa» (en el sentido de que no es capaz de decirle a su pareja lo que piensa por no molestar) y él, en un hombre pasota en las labores del hogar y un mujeriego que pese a valorarla no duda ni un segundo cuando otra chica guapa se le pone a tiro… Que sí, que existen este tipo de personas a día de hoy, pero a título personal quiero pensar que cada día se da menos. Pero es que además, el choque argumental que se motiva no hace más que confirmar esto e incluso aumentar las situaciones y actuaciones que son bastante incomprensibles, aunque para ellos sea parte de su personalidad.
Por ello, podría decir que me han parecido incluso más interesantes dos personajes secundarios como el amigo de Sôsuke, Inaba, y el cambio que mete en la trama, así como Misaki, la alumna de Sôsuke -aunque aporte menos-. Pero bueno, ya digo que dentro de todo lo que comento lo hago a modo de crítica constructiva, que pese a todo el tomo se lee en un santiamén, se puede decir que de un tirón, y además es una historia diferente a las habituales del género. Entrando en el apartado gráfico, esto ya es otro cantar. La verdad es que nos encontramos con unos diseños muy estilizados, con personajes muy perfilados, de grandes miradas (algo característico por otra parte) y en definitiva, con unos diseños muy bonitos. Algo habitual del género, algo marca de la casa, marca de Wataru Yoshizumi. Pero es que aparte de ser llamativos, estos diseños consiguen traspasar el papel para transmitir muchísimo gracias a sus gestos y a sus expresiones. Y creo que ese es uno de los elementos más interesantes de esta obra de protagonistas «flojos» y a la que, pese a querer mostrar cierta madurez y mucho realismo, que duda cabe, le falta «chicha», le falta ese toque que hace que sea redonda la historia.
Por todo lo anteriormente comentado, este tomo único de ‘Cappuccino’ conseguirá tener tanto detractores como defensores. Si buscas una historia romántica a la par que amarga y te gusta el género, probablemente te encuentres en el segundo grupo. Pero teniendo en cuenta que no hablamos de una historia de amor, sino más bien todo lo contrario, es el desarrollo de una historia de desamor. Como siempre, lo dicho aquí no dejan de ser unas impresiones muy personales, por lo que como en todo en esta vida, cada cual deberá leerlo para poder opinar al respecto. Ahora es vuestra oportunidad de descubrirlo. Y como siempre, espero conocer vuestras impresiones sobre la obra en los comentarios de esta entrada o a través de Facebook y Twitter.
«¡Sólo piensas en tomar el camino fácil y divertirte! ¡Y así haces daño a los de tu alrededor!…»
Lo mejor:
- Los diseños de personajes, muy estilizados y bonitos.
- Es un tomo corto y pese a todo, da que pensar.
- El tratar una historia romántica desde un punto de vista «amargo» como es el desamor.
Lo peor:
- El desarrollo de la personalidad de la pareja protagonista sugiere unos estereotipos que -quiero pensar- no encajan en la juventud actual.
- Si no te gustan las historias de amor (shojo, josei), mejor que leas otro título.
Formando parte de los lanzamientos de Octubre y Salón del Manga de Barcelona, desde mediados de Octubre contamos en nuestras tiendas habituales con la edición de ‘Cappuccino’ de Wataru Yoshizumi. Una edición que nos llega presentada en formato rústico sin solapas con sobrecubiertas y con una medida de 11,1 x 17,7 cm.
La edición cuenta con un total de 192 páginas (en blanco y negro). La traducción es obra de Agnès Pérez (Daruma Serveis Lingüístivcs SL) y como siempre, nos encontramos con un fantástico trabajo.

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