Gracias a Fancine Málaga hemos tenido la oportunidad de ver «Diner» (ダイナー), el live-action dirigido por Mika Ninagawa basado en la novela de Yumeari Hirayama y en el manga de Takanori Kawai. Excéntrica y visualmente cuidada propuesta que nos traslada a un peculiar restaurante para sicarios.
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Kanako Oba, una chica solitaria, piensa que su vida no puede ir a peor hasta que se postula para un dudoso trabajo a tiempo parcial. Desde ese momento, su vida parece una ilusión. Termina siendo vendida a un restaurante similar a una fortaleza. Atrapada allí no tiene otra opción que trabajar como camarera para Bombero, el propietario, un chef que resulta ser un asesino retirado…
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«Cuando dejé de confiar en los demás, los demás dejaron de confiar en mí. Y yo dejé de confiar en mí misma. De pronto me di cuenta de que no era parte de este mundo«…
Seguimos saboreando y degustando algunos de los platos que nos ha dejado el interesante menú de la 29ª edición de Fancine Málaga, cuyo leitmotiv era «Lo que no mata engorda». Entre los diferentes platos que hemos podido saborear durante estos días en el maravilloso Cine Albéniz de Málaga se encuentra «Diner» (ダイナー), el live-action dirigido por Mika Ninagawa basado en el manga de Takanori Kawai (a su vez basado en la novela de Yumeari Hirayama) que encaja a la perfección dentro de la temática de esta edición. No es la primera vez que Ninagawa se sumerge en una adaptación, pues en 2006 dirigió «Sakuran» -basada en el manga de Moyoco Anno– y posteriormente en 2012 dirigió «Helter Skelter» -basada en el manga de Kyôko Okazaki-. Si bien no es preciso conocer su procedencia para poder disfrutar de la película, «Diner» es un manga seinen de 8 tomos actualmente que mezcla en su argumento la acción, el gore, lo psicológico y el drama. Kanako Oba (cuyo nombre se puede traducir también como «chica tonta») era una chica normal de 25 años, hasta que un día se ve involucrada con los yakuzas por un trabajo donde la meten en un lío. Ella solo buscaba conseguir el dinero para viajar hasta Guanajuato, México, después de haber visto una postal con sus casas tan coloridas y llamativas, pero no sale bien parada de ese trabajo y los yakuzas la acaban vendiendo a Bombero, el dueño de un restaurante que resulta ser un sicario reconvertido en cocinero. Pese a que Kanako cree que se ha salvado, no tardará mucho en descubrir que no está a salvo.
Y es que el «Diner» es un restaurante exclusivamente para sicarios. Así comienza esta historia donde Kanako tendrá que trabajar mientras convive con puros psicópatas. Con esta premisa, podéis imaginar que no nos vamos a encontrar con una cinta aburrida, para nada. Excéntrica visualmente, con muchas dosis de humor, violencia, un interesante reparto con una gran variedad de comensales -que supongo en el manga serán más aún y estarán más desarrollados- a cada cual más extravagante y estrafalario que el anterior, «Diner» cuenta con una agridulce puesta en escena. Todo es muy teatral -incluyendo una introducción que no puede más que recordarnos a otra cinta, «El baile de los sicarios» de Seijun Suzuki-, pero al mismo tiempo que se nos plantea en pantalla un ambiente muy opresivo donde nuestra protagonista no puede salir de las paredes del restaurante, pero también contamos con una serie de estancias con una decoración muy bien llevada, muy creativa, incluso separada por diferentes temáticas (florales, infantiles, oscuras,…). No puedo negar que, aunque sea una brutalidad, podría decir que es la versión bizarra de «Midnight Diner: Tokyo Stories» (深夜食堂), pues aquí también tenemos un cocinero que pretende satisfacer a sus clientes con la perfección de sus platos, hacerles rememorar buenos recuerdos, aunque el problema es que son todos una panda de colgados asesinos con las personalidades un tanto dislocadas. Entre ellos nos encontramos con muchos nombres en castellano, como pueden ser Bombero, Burro, Araña o Zorro, e incluso un niño un tanto traviesillo o un perrete que también forma parte de la familia de asesinos.
«Mira de frente a tus demonios, cuanto más huyas de ellos más cerca los tendrás«…
Argumentalmente creo que la película tiene tres partes fundamentales marcadas a las que habría que añadir el epílogo. Por un lado, la introducción de la protagonista, por otro una presentación de situaciones y diferentes asesinos, finalizando en un postre donde a raíz de algo que ocurre en la trama ya todo se desfasa. Lo que comienza siendo una especie de síndrome de Estocolmo por parte de la protagonista, que parece no tener un fin en la vida y ahí se siente alguien especial, hace que nos planteemos si realmente ella no está igual de cuerda que los comensales recurrentes del restaurante. Pero es que en esta trama algo irregular donde como decía se potencia más el último tercio, prolongándolo y dándolo todo, es la mezcla de los diferentes ingredientes la que hace que el resultado sea un plato único, irrepetible, donde quizás los elementos sueltos no tendrían la misma efectividad. Mencionaba antes «Tokio Stories» pero vaya podemos trasladarlo a lo nuestro y decir que tenemos un «Máster Chef» a lo bestia protagonizado por Tatsuya Fujiwara, Tina Tamashiro, Masataka Kubota, Kanata Hongo, Shinji Takeda, Takumi Saito, Eriko Sato, Nobuaki Kaneko, Shun Oguri, Anna Tsuchiya, Miki Maya y Eiji Okuda. La pena es que algunos de estos personajes pasa con más pena que gloria por el metraje, donde el peso real a nivel psicológico recae más en Bombero y Kanako, consiguiendo ella un papel donde queda de manifiesto que puede con todo y ese empoderamiento femenino.
El resultado es un plato que, como decía, se va formando en el paladar y va in crescendo, dejando un regusto interesante después de haberlo catado, en una cinta donde hasta la música (de Shinichi Osawa y otros autores) es una locura entre lo clásico y lo moderno. Como curiosidad, en esta bacanal para los sentidos, vais a encontrar diferentes referencias / homenajes a otras películas como la mencionada «El baile de los sicarios» pero también a «Matrix», «American Beauty», «El zorro» o incluso al cine de John Woo con «The Killer». En la fotografía repite Daisuke Soma, que nos deja un trabajo fantástico con unos encuadres y unos planos muy bien llevados (además potenciado por la directora, suponemos, pues recordamos que antes de la dirección su trabajo principal es la fotografía), por lo que tenemos lo esperado: una estética muy llamativa, colorida y poética incluso (con composiciones muy logradas y hasta con pétalos de rosas a modo de sangre, por citar un ejemplo). No tenéis más que echar un vistazo en google al buscar el nombre de la directora para haceros una idea.No puedo más que finalizar esta reseña con una frase del chef Alberto Chicote y es que con «Diner»… ¡Alucino pepinillos! No os olvidéis de ver el final. ¿Será un «happy ending» o no? Si os apetece espero conocer vuestras impresiones sobre la obra (manga o película) en los comentarios de esta entrada o en nuestras cuentas de Facebook y Twitter.
«En este restaurante solo atendemos a sicarios. Servir un mal plato te puede costar la vida«…
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