Reseñamos «Amor de gata» (泣きたい私は猫をかぶる/ A Whisker Away) de Junichi Sato y Tomotaka Shibayama. Con guión de Mari Okada, una chica se transforma en gato para llamar la atención del chico que le gusta, sin darse cuenta que la línea entre lo humano y lo animal comienza a desdibujarse.
Sinopsis:
Una chica se transforma en un gato para llamar la atención del chico que le gusta. Sin darse cuenta, la línea entre lo humano y lo animal comienza a desdibujarse…
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En el amor no podemos forzar nada para que funcione; no podemos mendigarlo; no se parece en nada a las fantasías y cuentos de Disney. Esto no es una utopía romántica. Pueden hacernos creer que quizá todo es posible, que el amor llega de cualquier manera a expensas de que el fin justifica los medios. Es posible que a corto plazo dicho recurso nos dé un resultado positivo, pero el costo es demasiado alto, ya que implica anularnos a nosotros mismos para así dar un golpe de efecto en el espectador. Muchas películas de animación japonesa se amparan en dicho efectismo y no se toman el tiempo necesario para contarnos una historia vivida y sentida.
‘Amor de gata’ (泣きたい私は猫をかぶる/ Nakitai Watashi wa Neko o Kaburu) rechaza todos estos artificios para así ofrecernos un romance que, a pesar de unas apariencias que pueden llevar a equívocos; unas en las que una chica se transforma en gato para llamar la atención del chico que le gusta; abraza la naturalidad. Se siente, se vive, se sufre y se disfruta. Es un largo camino para con dos almas desdichadas que tienen en común más cosas de las que parecen. Tanto es así que dichas semejanzas acaban desembocando en un vínculo afectivo, en una noción de la verdad, surgido gracias a las necesidades atendidas. Si bien, la película que nos ocupa va mucho más allá de eso con el fin de abrazar las máscaras que usamos en la vida y el rol de los gatos en la cultura japonesa.
Las máscaras que usamos:
A veces nos ponemos máscaras para evitar mostrar algo que nos han hecho y bajo la cual se esconden aspectos que no queremos mostrar a los demás. Miyo, parte protagónica de esta historia, ha sido víctima de las circunstancias personales y familiares. Las huellas de una madre ausente desde que era muy pequeña han propiciado que esta no se muestre conforme es, ni siquiera hacia las personas más allegadas. Cree que no puede o no merece ser querida, que todo es culpa suya y que es la causa de cualquier cosa que pasa. A través de un salvaje viaje emocional, ‘Amor de gata’ trata siempre de llegar al fondo de un mundo lleno de dudas e indecisiones que a la larga puede conducirnos al dolor y el sufrimiento. Ahora bien, ¿Cuál es el papel del sufrimiento en nuestras vidas? ¿Cómo superar esa crisis emocional?
Hay quiénes asumen la responsabilidad de lo que está pasando y aceptan la situación desarrollando nuevas fortalezas para poder hacer frente al problema, pero otras personas generan falsas apariencias o percepciones. Miyo forma parte de este último grupo manifestando una personalidad sumamente extrovertida. Una personalidad contrapuesta que choca con la actitud más fría de Kento, el amor de Miyo, y alguien que tampoco es capaz de mostrar su verdadero yo. Mari Okada, parte responsable de esta historia, hace tiempo que puso a prueba su talento a la hora de crear giros emocionales («Maquia, una historia de amor inmortal«, «Nuestra salvaje juventud«); un torbellino de emociones repleto de sensibilidad que se hace con el control de nuestros pensamientos y que generan la humanidad de las partes que protagonizan cada historia. Por suerte, “Amor de gata” no es una excepción a esta regla.
El ladrón de cuerpos:
Los gatos son unas criaturas sumamente maravillosas que conquistan nuestro corazón. Nos hacen la vida más feliz y nos proporcionan buenos momentos. En la sociedad japonesa, el gato es una figura amparada en la inocencia y también relacionada con la protección. Empero, si ponemos nuestras miras en el folclore japonés, también es capaz de mostrarnos un rostro mucho más oscuro. Uno que abraza las habilidades sobrenaturales y que recibe el nombre de Bakeneko, ya que es capaz de caminar erguido, hablar la lengua humana y devorar a las personas con el fin de robarles su identidad; el alma misma del difunto. ‘Amor de gata’ se basa en esta leyenda, ya que el sino de la misma habla acerca de la identidad del sujeto individual; la verdadera identidad de Miyo.
Cree de forma equívoca que convertirse en gata resolverá todos sus problemas, que la vida de un gato es la vida mejor, pero lo que no sabe es que todas estas decisiones traen consigo consecuencias. Unas en las que ni siquiera los gatos escapan de ello y que se hacen todavía más manifiesta a medida que su tiempo en la vida humana se va reduciendo, dado que la oportunidad de ser un gato por siempre es cada vez más cercana. A veces es demasiado tarde para arrepentirse ya que las oportunidades son harto limitadas. Entonces es cuando está en serios problemas.
Un viaje por las inquietudes y sueños en busca del corazón humano:
Por medio de una animación sumamente singular, ‘Amor de gata’ nos ofrece una genuina historia de amor ambientada en un mundo amparado en el dolor, las falsas apariencias y la fantasía. Una muestra fehaciente de que todos sufrimos inquietudes, miedos, frustraciones… y que lo asimilamos de maneras muy diferentes. Si bien, la película de marras también contiene un halo de esperanza, como un milagro en medio del sufrimiento, ya que nos anima a superar dichas circunstancias en un escenario que parece ser una lucha inevitable. La derrota sí es opcional, pero si conseguimos apoyarnos en las personas que nos quieren y confiamos en que podemos aprender algo de lo que nos ofrecen, incluso de las cosas más dolorosas, quizá podamos salir airosos. No perdáis la esperanza en los momentos de mayor oscuridad.
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NOTA: Quiero agradecer esta reseña anime a Ninguna Parte, que inicia su andadura como firma invitada en nuestro espacio.
Esperamos que gracias a esta fantástica reseña os animéis a descubrir esta película.
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