Sunny (サニー), emotivo retrato de la infancia de Taiyô Matsumoto

Sunny‘ es una obra parcialmente autobiográfica que vuelve a dejar patente el talento de Taiyô Matsumoto. Un inclasificable mangaka, tan versátil como virtuoso, que combina elementos costumbristas con pasajes poéticos para dar forma a un emotivo retrato de la infancia. 

SINOPSIS MANGA

Ambientada en una casa de acogida, Sunny ofrece una peculiar visión del mundo: la de un grupo de niños muy especiales, abandonados u obligados por las circunstancias a estar lejos de sus familias. Makio, Junsuke, Kenji, el recién llegado Sei, Mitsuko, Haruo -al que todos llaman White por el color de su pelo-, Asako, Kiiko, Megumu, Shûsuke… incluso está Tarô (un grandote con mentalidad de niño) y Kurimaru, el perro.  Imaginativos, inquietos y gamberros, pero también nostálgicos e inevitablemente marcados por las circunstancias, aprovechan cada ocasión que se les presenta para jugar en el Sunny 1200 situado en el jardín del refugio, un viejo coche convertido en su pasatiempo preferido donde dar rienda suelta a su imaginación y poder así viajar a lugares soñados o vivir aquellos momentos que por la situación les será bastante difícil.

Todos son jóvenes de mayor o menor edad que han pasado de la noche a la mañana a cambiar totalmente la conformidad de sus familias, dejando atrás a sus padres y madres por un nuevo grupo de gente a la que con el tiempo coger cariño gracias al roce del día a día. Todos forman parte de la llamada «casa de los niños de las estrellas», un hogar adoptivo donde convivir con otros chicos como ellos, aceptar la situación que se les ha presentado y aprender a crecer aceptando que ahora son parte de una familia mucho más grande de lo que ellos pueden llegar a pensar…


«Esta es nuestra base. Los adultos no pueden entrar. Cierra los ojos así y piensa en un sitio al que te gustaría ir. Podemos ir a cualquier sitio que quieras…«


Pese a que llegamos a conocerlo gracias a uno de los fragmentos del tomo titulado ‘Japón visto por 17 autores’ que nos llegó de las manos de Ponent Mon, no fue -me atrevería a decir- hasta la llegada de ‘Tekkon Kinkreet’ (tomo único editado por la desaparecida EDT y cuya adaptación anime fue dirigida por Michael Arias para el Studio 4ºC) que el nombre de Taiyô Matsumoto empezó a resonar en nuestras cabezas. Tiempo después, nos llegó otro de sus mangas, ‘Takemitsu Zamurái: El samurái que vendió su alma’ y recientemente para alegría de los aficionados y devoradores lectores, ECC Ediciones ha retomado a este autor con la llegada a su catálogo de ‘Sunny’ y ‘GoGo Monster‘. Ni que decir tiene que ojalá se animen -cosa que espero- con ‘Ping Pong‘ y así vamos redondeando la colección, pero por ahora nos contentamos con poder reseñar esta serie que viene avalada por nominaciones en el Festival Internacional de Angoulême y en los Premios Harvey, y que se alzó con el Cartoonist Studio Prize a la mejor novela gráfica.

Ya conocía como digo a Matsumoto por Tekkon Kinkreet, y sabía que estaba ante un autor muy particular, con una temática relacionada con la infancia bastante peculiar en el buen sentido de la palabra. Y a decir verdad, ‘Sunny’ me ha dejado con ganas de saber más acerca de este grupo de chavales, de sus vidas antes, durante y después de formar parte de ese hogar de acogida que guarda a la vez sentimientos muy encontrados. Sentimientos tan diferentes y a la vez tan habituales en esas edades como la rabia por el abandono, la duda del mañana, el miedo ante lo nuevo, el impacto generado por el desarraigo… pero también positivos como el cariño y el afecto, la necesidad de sentirse parte de un grupo de iguales -pese a tener unas personalidades formadas muy diferentes entre sí- y la obligación de proteger ante todo a esos miembros, pues ahora forman parte de una nueva familia. Una familia un tanto particular, pero ya sabemos que existen multitud de modelos de familia.

De hecho, me ha parecido muy acertada la narrativa de la historia, una historia coral -donde desarrollar la psicología de cada personaje- guiada por algunos que empiezan a definirse como protagonistas ante otros secundarios -pero con importante carga en la trama y su desarrollo-, sin olvidarnos de ese protagonista mecánico que da nombre al manga, el Nissan Sunny 1200, el coche que les conduce a un mundo donde ellos son los que marcan las pautas, donde no tienen límitesdejan volar su imaginación como ayuda para superar los problemas que se les presentan y conseguir superar esos momentos de sentimientos encontrados, pues a fin de cuentas estamos hablando de niños que intentan salir al paso, que siguen viviendo día a día con sus problemas -más complicados dependiendo de la edad, pues encontramos desde niños muy pequeños hasta adolescentes-, lidiando con sus estudios y con los clasismos y las diferencias que el resto de niños pueden hacerles ver. Niños que son humanos, que quieren ser como los demás niños de su edad: niños necesitados de abrazos, de gestos, de caprichos… pero sobre todo, niños necesitados de mucho afecto.


«No digas disparates, no podrás volver a casa. Te han abandonado…«


Y si la narrativa es de esas que te engancha sin necesidad de grandes vuelcos, con una historia entrañable y emocional, otro aliciente más se produce en cuanto hablamos del dibujo, pues si ya conocíais al autor más o menos sabéis lo que vamos a encontrar, pero si no, viendo las viñetas con las que ilustro la noticia -y parte del reportaje fotográfico en la parte inferior- os podéis hacer a la idea. Sin duda alguna, Matsumoto es un creador muy particular y tiene un estilo propio, claro e identificable, en parte basado en el estilo europeo y muy influenciado por grandes autores como Miguelanxo Prado, Moebius o Enki Bilal, pero adaptado a su forma. Un dibujo costumbrista, pero que dentro del estilo del autor se ve engrandecido en aquellos momentos en los que los niños se meten dentro del coche, creando un mundo onírico muy detallado y espectacular. No en vano, el autor ha recibido numerosas críticas positivas por su estilo y le han convertido en uno de los autores de referencia para el manga no convencional actual.
En sí los personajes están muy bien delimitados y cada uno -quitando algunos puntuales- mantiene un estilo propio y una indumentaria y facciones muy bien diferenciadas -algo de agradecer teniendo en cuenta la historia en la que estamos, con tantos niños de por medio-. Por eso digo que aunque quizás a algunos os choque de primeras por no estar habituados a este estilo, no juzguéis la historia por esto. Ya veréis que en seguida os hacéis con este estilo e incluso llega a gustar -cada cual tiene sus gustos, sin duda-, pues es de agradecer que tengamos autores tan particulares y con un estilo tan marcado entre el amplio catálogo que conforma nuestras librerías. Hay que dejarse llevar por la trama y por sus personajes.
Por ello no puedo más que recomendaros que leáis este primer tomo de ‘Sunny’, para conocer un manga que merece la pena leer si te gusta el seinen y las historias slice of life. Por ser como decía en la introducción de la reseña una obra parcialmente autobiográfica que vuelve a dejar patente el talento de Taiyô Matsumoto. Un inclasificable mangaka, tan versátil como virtuoso, que combina elementos costumbristas con pasajes poéticos para dar forma a un emotivo retrato de la infancia. Como siempre, esperamos conocer vuestras impresiones sobre la obra en los comentarios de esta entrada o en nuestras cuentas de Facebook o Twitter.

«La verdad es que no quiero ver a mi madre. Bueno no, si quiero verla. Quiero pero… cuando la veo pienso en que volveremos a despedirnos y me duele el corazón…«


Como siempre, esperamos conocer vuestras impresiones sobre la obra en los comentarios de esta entrada o en nuestras cuentas de Facebook o Twitter.

Lo mejor:

  • Su narrativa para meternos en la historia, describirnos la atmósfera y hacernos participes de la vida de estos niños abandonados. Muy sutil, pero sin delicadezas.
  • El fantástico dibujo de Matsumoto. Puede que de primeras choque, pero en nada empiezas a ver detalles y apreciarlo.
  • La edición de ECC está muy cuidada y tiene un tamaño ideal (A5) para poder disfrutar de las ilustraciones.

Lo peor:

  • Perderte un seinen tan bueno como este. Dale una oportunidad, no te dejará indiferente.

analisis edicion MANGA

Comprar tomo

ECC Ediciones nos presenta ‘Sunny’ de Taiyô Matsumoto en un total de 6 tomos (periodicidad bimestral, desde Noviembre de 2015 hasta Septiembre de 2016). Este primer tomo que hoy reseñamos cuenta con un total de 216 páginas en blanco y negro -entre las que se intercalan algunas a todo color, especialmente al comienzo de la obra y después como portadas de algunos de los capítulos-. Para la traducción se ha contado con Olinda Cordukes Salleras y en general muy acertada en todos los aspectos y términos. El formato elegido vuelve a ser el formato rústico con sobrecubierta, de tamaño 21 x 25 cm y un grosor de aproximadamente 1,5 cm.

La cubierta está realizada en un material de unos 300 gramos -mate-, con tonalidad predominante gris y que soporta bastante bien el cambio de páginas, mientras que la sobrecubierta está realizada en unos 200 gramos, con acabado mate y dedicado al personaje de Haruo (White). El faldón delantero está dedicado a la sinopsis, mientras que el trasero se dedica a una breve introducción-biografía de Taiyô Matsumoto. El sentido de lectura elegido es el oriental, de derecha a izquierda.

En total el primer tomo consta de 6 capítulos: 1- ¿Dónde está Yokohama? Ni idea, ¿Por la zona de Tokio, quizá?, 2- ¿Por qué Drácula tiene las uñas largas? Porque no se las corta, 3- ¿Por qué será que las mujeres lloran enseguida? Las lágrimas de una mujer son casi invencibles, 4- ¿Qué quieres ser de mayor? Espia, piloto de carreras y campeón de boxeo, 5- Si al llegar la noche te entran ganas de llorar, ¿Qué haces? Yo canto y 6- ¿Qué habrá hoy para cenar? Mitsuko ha dicho que había croquetas.

El precio de venta recomendado es de 12,95 € -aunque como siempre, en tiendas especializadas como Amazon, del que tenéis enlace en la portada de la izquierda- puede encontrarse con un 5% de descuento-.

Enlaces de interésECC Ediciones

11 comentarios el “Sunny (サニー), emotivo retrato de la infancia de Taiyô Matsumoto

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