El Caminante (歩くひと), de Jiro Taniguchi. La grandeza de lo cotidiano.

Hay historias que nos invitan a sumergirnos en ellas con tranquilidad , sosiego y disfrutando de cada una de sus viñetas pausadamente, sin prisas. Historias como la de “El Caminante“, la fantástica obra seinen del maestro Jiro Taniguchi que la editorial Ponent Mon ha vuelto a poner en el mercado con una imponente Edición Definitiva.

SINOPSIS MANGA

Todos sabemos que la vida es un don que se nos ha dado para crecer en muchos niveles y para disfrutar de todos los momentos que podamos. La vida es algo efímero y hay que saber sacar provecho de cada uno de los instantes que nos presenta. Pero en un mundo donde cada vez se hace menos importante este sentido, hoy en día, ¿quién se toma el tiempo de trepar a un árbol para recuperar un juguete extraviado? ¿De quedarse mirando volar a los pájaros, de saltar los charcos después de una lluvia? ¿O de bajar a la playa para devolver una concha?

Acompañemos pues a este ‘Caminante’, que nos invita a seguirle en sus paseos, a menudo tranquilos y solitarios. Un caminante con el que compartir y disfrutar los placeres que procuran sus andanzas por su barrio y que nos mostrará que hay que saber pulir cada momento y disfrutar en armonía de nuestro día a día.


«Ya he tenido bastante, ya es hora de tomarse un respiro y vivir tranquilamente, ¿no?«


El hablar de un autor como Jiro Taniguchi es sinónimo de que nos encontraremos ante una historia de calidad aderezada con unos trazos de aún más calidad. Con el paso de los años, el seinen se ha convertido en uno de los géneros que más me llama la atención -sin desmerecer al resto de estilos, que también sigo en mayor o menor medida- y sin duda alguna entre los autores que nos deleitan con sus obras, Taniguchi es de los que más me fascina (y poco a poco estoy haciéndome con todos los tomos que hay editados para poder leerlos con tranquilidad). Por un lado suelen ser obras cargadas de un gran realismo, muy naturales, que nos meten de lleno en la atmósfera que rodea todo lo que sucede y que nos presenta unos personajes la mar de interesantes. Lo mejor de todo es que ese interés se compensa tanto por el mundo exterior en el que se encuentran, como por el importante mundo interior que nos transmiten a los lectores.

Como digo, es innegable que Taniguchi es uno de los grandes referentes y consigue crear como pocos el equilibrio perfecto entre guión y dibujo -e incluso disminuyendo en gran medida uno de esos apartados, cosa que ahora os explicaré-. ‘El Caminante’, que nos llega ahora en una fantástica edición definitiva de la mano de Ponent Mon -editorial de referencia en cuanto a la obra del autor en nuestro país-, nos sumerge en una serie de relatos cortos con el mismo protagonista, del que desconocemos su nombre, su procedencia e incluso su profesión. ¿Por qué? Pues bien sencillo, porque a veces tenemos que aprender a cambiar el punto de vista y el interés, para poder conseguir centrarnos y enfocarnos en otras cosas que, siendo incluso de mayor importancia, muchas veces pasamos por alto.

Sea por la cotidianeidad o por el simple hecho de que vivimos en un mundo donde cada vez es más importante la inmediatez y la rapidez, se nos pasa el hecho de que de las cosas sencillas se puede sacar mucho más que de otras. Es así como esta historia se nos presenta como algo aparentemente sencilla, pero con un gran nivel argumental en los detalles, en lo que incluso no se ve. En conjunto, se nos muestra una gran profundidad armónica. Un canto a la vida, a lo más sencillo, al día a día, a esos detalles que nos rodean… Todo puede ser visto desde otro ángulo donde poder disfrutar de esos pequeños momentos, de esos recuerdos que nos da la vida y que a veces se convierten en algo fugaz y a veces se mantienen en nuestros recuerdos para siempre.


«El tiempo pasa con mucha calma…«


Cosas tan simples como dar un paseo por nuestra zona habitual o cambiar la ruta que solemos seguir para aventurarnos a conocer sitios nuevos, pasear a nuestra mascota y conocer a gente nueva, trepar a un árbol para ayudar a unos niños a recuperar su avión o remontar el curso de un río… Todo esto es lo que nos presenta ‘El caminante’, pero de un modo más interesante aún. Si bien Taniguchi como decía es un gran guionista, en esta ocasión no es que nos vayamos a encontrar con muchos diálogos. De hecho, no es nada atrevido el decir que nos encontramos ante una historia muy visual, donde la imagen cobra más protagonismo que las palabra, donde se dice mucho más con una mirada que hablando, donde el lenguaje no verbal es capaz de articular los diferentes relatos que conforman esta historia grupal.

Taniguchi consigue de un modo muy sencillo -incluso minimalista-, lleno de paz y armonía, transmitirnos los sentimientos, las inquietudes, las sensaciones y los recuerdos de este caminante sin tan siquiera articular palabra, sólo desarrollando el sentido de la vista para mostrarnos lo que su personaje ve, aunque lleve gafas. Al igual que él, podremos pararnos para contemplar el paisaje, para fijarnos en esos detalles que él ve y que el autor ha querido hacer patente a través de sus trazos (una vez más, realistas y muy detallados). Un personaje que es capaz de disfrutar de las cosas pequeñas como si de un niño se tratase, que es capaz de sacar aún siendo adulto la capacidad de fascinación de un niño ante sus primeras experiencias.

Puede que haya personas a las que este tipo de historias no les guste, pero es una auténtica experiencia que merece la pena probar, aunque sea una vez -porque seguro que si pruebas, repites-. No hace falta mucho para descubrir que este personaje está lleno de vida y, como tal, aprovecha cada momento con una gran vitalidad, sin prisas, disfrutando cada segundo (algo parecido ocurre con el resto de los personajes de Taniguchi, como Ryumon en ‘El sabueso’: St. Mary’s Ribbon y Sidekick). Es el contrapunto perfecto para la vida que cada día se impone más, donde la celeridad es algo presente, donde hay que ser el más rápido para estar «al día».


«Si las personas fuésemos capaces de volar así, quizás nos sintiésemos algo más plenas…«


Lo mejor:

  • La nueva edición de Ponent Mon.
  • El gran nivel de detalle gráfico hace que los diálogos sean necesarios en ocasiones contadas.
  • La capacidad de transmitir y expresar emociones y sentimientos con el lenguaje no verbal.

Lo peor:

  •  No puedo ponerle ningún calificativo negativo a este manga ni a su edición.

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Esta edición definitiva de “El caminante” es una verdadera joya que cualquier aficionado debería tener en su colección personal. Ya de por sí es llamativa, por la portada que tiene, pero es que cuando la ves te gusta aún más. Presentada en formato cartoné (con tapas duras) y con una medida de 19 x 26 cm. (haceos a la idea de un tamaño muy similar al A4, algo poco habitual en los manga que se editan en nuestro país), la edición cuenta con un total de 240 páginas aproximadamente (entre color y blanco y negro) y además se incluyen nuevos relatos.

Es una edición fantástica, en serio, aunque el único “pero” que me atrevería a ponerle es que el sentido de lectura utilizado es el occidental (hubiese estado genial que con la nueva edición se utilizase el original oriental de derecha a izquierda). Antes de comenzar los relatos nos encontraremos con un prólogo de Juan Manuel Díaz de Guereñu titulado «Dibujando caminos», donde se nos presenta al autor y las características que rodean a esta nueva edición. En cuanto al conjunto, es impresionante la calidad del papel utilizado y evidentemente, el tamaño con el que se nos presentan las viñetas al ser un tamaño de página bastante mayor al habitual. Pero además hay que decir que es una gozada poder leer algunas de las páginas de este relato a todo color, donde aún más se ve acrecentado todo lo dicho anteriormente.

Por orden de capítulos, las historias serían las siguientes:

01- Observar los pájaros, 02- Nieva, 03- Salida a la ciudad, 04- Trepando por el árbol, 05- Llueve, 06- Nadar por la noche, 07- Tras el tifón, 08- Remontar el río, 09- El camino largo, 10- Noche de lluvia de estrellas, 11- Atravesar la callejuela, 12- Paisaje borroso, 13- Colchón de flores de cerezo, 14- Objeto perdido, 15- Amanecer, 16- Comprando una persiana de carrizos, 17- ¡Qué bien esta agua caliente!, 18- Viniendo a ver el mar, 19- El sueño continúa, 20- ORIGEN: Hacia una ilusión, 21- Cielo de verano y 22- Noche de luna.

Su precio: 24,00€ (aunque en tiendas especializadas como Amazon.es se puede encontrar con un 5% de descuento, a 22,80€) y cuenta con una traducción de S. Shimoyama, Miguel Ángel Ibáñez, Víctor Illera y Ana Millán.

Enlaces: Ponent Mon

8 comentarios el “El Caminante (歩くひと), de Jiro Taniguchi. La grandeza de lo cotidiano.

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