Gracias a ECC Ediciones volvemos a contar con un mangaka tan interesante como Kazuo Kamimura (Lady Snowblood) en el panorama editorial de nuestro país. Reseñamos ‘Historia de una geisha‘ (凍鶴), un fantástico relato que nos sumerge en un mundo tan desconocido como llamativo, el mundo de las geishas, el mundo de las flores y los sauces.
Tsuru es una joven que ha sido vendida por el precio de un saco de arroz a la patrona de la Okiya Matsuno. El relato de esta niña a través del tiempo sirve para narrarnos la historia de Japón desde los años previos a la guerra de Manchuria, cuando el barrio del placer se veía favorecido por la prosperidad económica, hasta la época de penuria que siguió a la Segunda Guerra Mundial.
Una cruda historia de crecimiento personal vista a través de los ojos de una joven shikomikko que nos sumerge de lleno en el fascinante mundo de las geishas. Una obra envuelta en el aura inconfundible de las tradiciones japonesas.
«¿Crees que la felicidad se puede comprar con dinero ¡Sí que lo creo! Qué suerte tienes…«
Todos hemos oído historias acerca de la vida que rodea a las Geishas, tanto en películas como en documentales o reportajes de televisión. Cada uno nos las presenta de un modo u otro, dependiendo del enfoque y del interés que se busque generar o del elemento de la historia que se quiera destacar, pero la verdad es que el manga nos ha deleitado con verdaderas obras de arte relacionadas con este mundo. Hace no mucho os ofrecí la reseña de «El último vuelo de las mariposas» de Kan Takahama y hoy contamos con otra historia, la «Historia de una Geisha» de Kazuo Kamimura que se publicó hace más de cuarenta años, en 1974. Quizás así de repente por ese nombre no sepáis de quién estamos hablando, pero Kamimura es uno de esos mangakas que desgraciadamente no son tan reconocidos en nuestro país, pese a ser uno de los representantes del gekija, un creador de historias costumbristas y dramáticas tan brillante que, de hecho, contó con un ayudante que quizás os suene un poco más… Jiro Taniguchi. Una de sus obras más reconocidas es «Lady Snowblood», que creó junto a otro de los grandes, Kazuo Koike.
Si bien hay que reconocer que estamos ante un tomo bastante grande (de esos «tochos», para que nos entendamos, pues son 360 páginas), una vez comienzas a leer, solo piensas en seguir y seguir leyendo para conocer el avance en la historia. Y es que el personaje de Tsuru me ha parecido de lo más interesante, tanto a nivel personal como por la evolución que sufre durante toda la obra, como elemento narrador del ambiente en el que vivía y el contexto social que había en cada momento. Es un personaje que te atrapa y no te suelta, una niña dulce e inocente que había cuidado de un niño en su pueblo y siempre se quedaba de pie sobre una pierna para calentarse los pies helados. Por eso la llamaban Tsuru, que significa «grulla». Pero además hay que tener en cuenta la dualidad que se nos ofrece, pues la grulla tiene un importante simbolismo en la cultura japonesa: por un lado es un ave que resalta por aire místico, de una gran elegancia, fortaleza y fidelidad.
Un personaje cuya personalidad se ve obligada a sufrir un repentino cambio para adaptarse a su nueva situación, a la necesidad de verse utilizada como elemento para poder aportar alguna ayuda a su familia y a sus hermanos, aunque para ello deba renunciar a su propio cuerpo y a muchas otras cosas. Aunque es especialmente interesante el tratamiento del personaje, que acepta desde el principio que quiere ser una geisha. De ahí que sea tan atrayente y cautivador el argumento si comparamos las historias de la Tsuru niña, shikomikko, y de la Otsuru adulta, la geisha de más prestigio de su okiya. Sin lugar a dudas ‘Historia de una Geisha’ es un relato dramático y duro, pero está narrado de una forma muy cercana y directa que hace que realmente te sitúes en aquel ambiente.
«Al anochecer, mi trabajo era llevar el shamisen de una geisha y acompañarla de un salón a otro, donde los shamisen no dejaban de sonar…«
Para mayor realismo, el autor nos ofrece muchísimas referencias y términos (de los cuales contamos con las explicaciones y notas a pie de página de los traductores) que hacen que a la vez que disfrutamos de una buena lectura, aprendamos -o retengamos al menos- la terminología básica como okiya (la casa donde viven las geishas), shikomikkos (chicas de los recados que limpia la casa, hace la colada, prepara la comida y ayuda a las geishas), shamisen (instrumento musical), hakoya (la persona que lleva el shamisen), danna, mitsuage o shiruko, entre otros. Un mundo fascinante ese que es llamado «de las flores y los sauces» (karyūkai/ 花柳界). Ese mundo de las geishas, mujeres tan hermosas como una flor y tan fuertes y flexibles como un sauce. Kamimura nos ofrece con Tsuru un personaje principal, mujer, difícil y complicado, muy complejo a la par que dotado de un gran realismo -incluyendo mención y algunas páginas dedicadas a cierto perro conocido-. Del mismo modo en que nos encontraremos con un gran número de secundarios que no se quedan atrás y dotan a la trama de un mayor interés en muchos momentos.
Gracias al fantástico ritmo que tiene la obra, podemos leer sin parar a través de las distintas historias que se nos presentan. Historias autoconclusivas en primera instancia que nos muestran la evolución del personaje en ese mundo tan particular, el crecimiento personal y especialmente el sentimental. Es evidente que no debe ser fácil llegar a convertirse en una geisha y que el camino hasta conseguirlo es duro y supone un esfuerzo monumental. En el apartado gráfico no puedo más que destacar la belleza de los diseños y el trazo refinado de Kamimura. Es impresionante la calidad y el detalle al que puede llegar, como dota a sus personajes de una gran expresividad a la vez que también hace un gran trabajo en los decorados. Unos diseños limpios, un estilo único que bien podría ser llevado al cine (como ya hiciera Toshiya Fujita con Lady Snowblood). No muestra más de lo que debe, juega con la sensualidad de sus personajes, insinuando, haciéndonos cómplices a través de las miradas y de los gestos de sus personajes.
No os podéis perder ‘Historia de una geisha’, una fantástica obra intimista de Kazuo Kamimura -conocido como «pintor de ikiyo-e de la Era Showa»- donde nos dejó patente una sensibilidad y un lirismo al alcance de pocos autores y, como no, un elegante trazo. Y no puedo más que agradecer a ECC que siga apostando por una línea manga diferente al resto, de obras de autor tan interesantes como ésta y que aportan diversidad y calidad al mercado. Ojalá no pase mucho tiempo para que puedan anunciar la licencia de más obras de Kamimura. Como siempre, esperamos conocer vuestras impresiones sobre la obra en los comentarios de esta entrada o en nuestras cuentas de Facebook o Twitter.
«Aquel día nos prometimos que cuando yo me convirtiera en una geisha magnífica y él fuera una gran estrella, nos volveríamos a ver…«
Lo mejor:
- Los diseños de Kazuo Kamimura son de una belleza inigualable y transmiten más allá de las viñetas.
- La evolución y personalidad de Tsuru, la protagonista.
- Una excelente historia para introducirnos en el mundo de las geishas, de «las flores y los sauces».
- Fantástica edición de ECC (en la línea de otras de autor como las de Osamu Tezuka).
Lo peor:
- Perderse una obra tan buena como esta por pensar que solo puede gustar a gente de cierta edad (es un seinen).
ECC Ediciones puso a la venta el pasado mes de Octubre dentro de su línea manga ‘Historias de una Geisha’, este fantástico tomo que nos devuelve la obra de Kazuo Kamimura con una historia tratada como solo el mangaka sabía hacerlo. Para ello nos ofrece una magnífica edición muy similar en cuanto a diseño que las ya presentadas anteriormente de Osamu Tezuka dentro de su línea autor (Devorar La Tierra, La canción de Apolo, Oda a Kirihito). Si habéis tenido la oportunidad de ver o tener alguna de estas ediciones, sabréis que son unas ediciones voluminosas y con un estilo muy llamativo.
‘Historia de una geisha’ (凍鶴) nos llega presentada en un total de 360 páginas en blanco y negro y encuadernación rústica (tapa blanda) sin sobrecubierta. Para la traducción se ha contado nuevamente con Olinda Cordukes Salleras y de nuevo, un trabajo más que excelente, tanto por la terminologia utilizada como por esos detalles comentados en la reseña (los comentarios y notas a pie de página que se han usado para mantener los rótulos originales y no tener que modificar las viñetas originales). El formato elegido vuelve a ser de tamaño 15 x 21 cm y un grosor de aproximadamente 2,2 cm.
La obra ha sido dividida en 14 capítulos, que no tienen título alguno, simplemente han sido separados en orden creciente (Capítulo 1, Capítulo 2…). Eso sí, al final de la edición contamos con 4 páginas escritas por Yû Aku, letrista y novelista, que aportan un broche final perfecto para redondear la edición. La cubierta está realizada en un material de unos 300 gramos -mate-, con tonalidad predominante en amarillo que soporta bastante bien el cambio de páginas. El sentido de lectura elegido es el oriental, de derecha a izquierda. No disponemos de faldones interiores en la cubierta.
El precio de venta recomendado en la web de ECC es de 19,95 € -aunque como siempre, en tiendas especializadas como Amazon, del que tenéis enlace en la portada de la izquierda- puede encontrarse con un 5% de descuento-.
Enlaces de interés: ECC Ediciones
Sobre el tema de geishas solo he leído Memorias de un geisha (libro que me fascinó, pero que sé que no siempre es bien recibido), la verdad es que desde entonces estoy como loca buscando artículos sobre ese mundo y demás y la reseña de este manga me ha dejado alucinando un rato! Pinta demasiado bien para ser verdad, le echaré un ojo en persona la próxima vez que vaya a fnac 🙂
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