Volvemos con una nueva reseña dedicada a uno de los maestros del manga de terror, Junji Ito. En esta ocasión os hablaremos de ‘Las caprichosas maldiciones de Sôichi‘ (Itō Junji kessaku-shū / 伊藤潤二傑作集), una serie de 2 tomos e historias cortas que nos llega de manos de ECC Ediciones.
Yûsuke y Michina emprenden un viaje en tren al campo, donde pasar unas vacaciones junto a sus primos, a los que hace años que no ven. Nada más llegar a la estación les están esperando su tía y dos de sus primos, Koichi y Sayuri. El tercero en discordia no ha acudido a recibirlos. Sôichi es el escalofriante hijo pequeño de la familia Tsujii. Mientras sus hermanos hacen vidas normales para unos chicos de su edad, él se caracteriza por cosas tan llamativas como juguetear con clavos en su boca, provocar incidentes misteriosos con sus terroríficas maldiciones, esa inquina provocada por la falta de atención capaz de conducir a las crueldades más insospechadas, una enferma obsesión por los muñecos vudú y las consecuencias nefastas del gesto más pequeño.
Sin duda, nunca se es demasiado cauteloso si Sôichi está cerca. Bienvenido al espeluznante mundo de Sôichi, donde darás rienda suelta a las risas más negras bajo el influjo de su humor siniestro.
«Eran colmillos, tenia colmillos. Ah, son clavos. ¿Clavos? Siempre lleva clavos en la boca. Es algo anémico y chupa los clavos para complementar el hierro de la sangre…«
«Se encierra mucho en sí mismo. Ese niño tiene un poder extraño. Es un niño siniestro, habla con los muñecos, chupa clavos, es como si hiciera hechizos…«
¿Sabéis eso de que el pequeño de la familia siempre suele ser el más mimado y el más travieso? Pues este Sôichi es algo parecido pero en el lado contrario, no se puede ser más puñetero y siniestro. Ya sabemos que nos vamos a encontrar con personajes raros, pero aquí ese término no alcanza para definirlo bien. Sôichi es un chico introvertido en el sentido más amplio y negativo de la palabra. Introvertido quizás con otras personas, menos cuando a él le conviene sacar a pasear sus maldiciones y sus malas acciones. Si, el chaval es toda una pieza que podríamos describir como caprichoso, vengativo, resentido, malévolo, retorcido y malintencionado. Es antipático, arisco, huidizo, insociable, misántropo, retraído, esquivo, huraño e incluso me atrevería a decir que algo melancólico. Tanto que, quizá es que ya me he acostumbrado a estas personalidades, pero termina uno empatizando y todo con sus acciones y convirtiendo a este pequeño cabrito (permitidme la licencia) en otro de esos personajes icónicos dentro de la obra de Junji Ito. Intentas buscarle un sentido más o menos lógico, o al menos queriendo ver sus actuaciones como el fruto de una mente perversa que necesita un refuerzo o apoyo.
No sé, el caso es que una vez más volvemos a encontrarnos además de con unos personajes muy interesantes, con una espectacular atmósfera que lo rodea todo y crea ese entorno de mal rollo, así como una fantástica ambientación gracias a unos decorados muy contrastados, jugando con las luces y sombras, con los escondites, con parajes propicios para ello (altillos oscuros, un bosque descuidado,…), escenarios poco vistosos, poco bonitos o pomposos. Por otro lado ayuda mucho el hecho de que, como he comentado, nos vamos a encontrar con pequeños fragmentos de la vida cotidiana de Sôichi y de las personas que rodean su entorno, por lo que todos los capítulos, en mayor o menor medida, gozan de un excelente ritmo y de una narración muy bien llevada. Historias que mantienen el interés gracias a las diferentes situaciones donde siempre, de un modo u otro, terminamos metidos en una situación de tensión y suspense donde este granuja ha tenido algo que ver. Si ya de por sí es interesante y llamativa esta historia (o más bien, estas pequeñas historias) a nivel argumental, no lo es menos a nivel gráfico y visual. Los diseños de personajes mantienen el estilo del autor (muy reconocible, al igual que por ejemplo lo tenía Jirô Taniguchi o lo tiene Akira Toriyama).
Destacamos al personaje de Sôichi con esos rasgos tan marcados alrededor de sus ojos, entre ojeras y una mirada malévola. Igualmente destable es el trabajo realizado con los fondos y decorados, donde una vez más el autor juega entre los contrastes y los detalles de salas interiores o exteriores. No es de las mejores obras de Junji Ito, pero mantiene el interés sobradamente, nos entrega un personaje difícilmente olvidable y se maneja a la perfección entre el suspense y el humor. En definitiva, no puedo más que recomendaros que le abráis las puertas de vuestra casa (figuradamente, no se os vaya a ocurrir meter a un tarado de estos en casa) a Sôichi, para conocer su historia, la progresión de su maldad acompañada siempre de ese pequeño y descontento corazón que lo llevará a maldecir a todo ser vivo que se encuentre en su camino, desde sus propios familiares, animales, profesores o compañeros de colegio. Nadie está a salvo de sus murmuros y de su particular sentido de la venganza y el rencor. Un personaje muy bien elaborado que se lleva el protagonismo claro de esta historia que podemos disfrutar en un total de dos tomos editados por ECC Ediciones. Como siempre, esperamos conocer vuestras impresiones sobre la obra en los comentarios de esta entrada o en nuestras cuentas de Facebook o Twitter.
«Ese chico es muy retorcido y causa problemas a los demás, pero puede que en realidad solo quiera que alguien le haga caso. Quizá no sabe cómo expresarlo y lo que hace es poner a todos en su contra…«
Lo mejor:
- El estilo de Junji Ito y sus especiales atmósferas y ambientación.
- El personaje de Sôichi, fantástico y difícilmente olvidable.
- Historias cortas con nexo común que se mueven entre el suspense y el humor.
Lo peor:
- Queremos más «faenas» de Sôichi, dos tomos nos saben a poco!
ECC Ediciones sigue apostando por la obra de Junji Ito (tanto inéditos en nuestro país como recuperando algunos descatalogados). Este primer tomo (de 2 en total) de «Las caprichosas maldiciones de Sôichi» (伊藤潤二傑作集) cuenta con un total de 296 páginas en blanco y negro (256 páginas en el caso del segundo tomo). El formato elegido vuelve a ser el formato rústico con sobrecubierta, de tapa blanda y de tamaño 12,8 x 18 cm (tomo B6), con un grosor de aproximadamente 1,8 cm.
La cubierta está realizada en un material de unos 300 gramos -mate en tonos grises- y soporta bastante bien el cambio de páginas, mientras que la sobrecubierta está realizada en unos 200 gramos, con acabado mate también. La imagen tanto de la portada como del lomo mantiene siempre el diseño que la colección de Junji Ito está llevando, para mantener cierta similitud dentro de todos los tomos de la colección (Frankenstein, Relatos terroríficos, Gyo, Hellstar Remina…).
El primer tomo de «Las caprichosas maldiciones de Sôichi» ha sido dividido en 7 capítulos: 01- Unas vacaciones divertidas de verano, 02- Unas divertidas vacaciones de invierno, 03- El entretenido diario de Sôichi, 04- Visita a casa de Sôichi, 05- El profesor de trapo, 06- El cumpleaños de Sôichi y 07- Las caprichosas maldiciones de Sôichi.
Para la traducción se ha contado de nuevo con Olinda Cordukes Salleras (que ya nos trajo la traducción de El hombre sediento, Hellstar Remina, La formidable invasión mongola, Kei crónica de una juventud, Sunny, Historia de una geisha o Chiisakobee) y como siempre, un excelente trabajo sin términos que suenen raro o no encajen.
El sentido de lectura elegido es el oriental, de derecha a izquierda. El faldón delantero nos ofrece información de otras obras editadas por ECC de Junji Ito, mientras que el trasero recoge una biografía del autor. El precio de venta recomendado en la web de ECC es de 10,95 € cada tomo -aunque como siempre, en tiendas especializadas como Amazon, a la que podéis acceder desde las portadas de los tomos aquí añadidas, puede encontrarse con un 5% de descuento-.
Enlaces de interés: ECC Ediciones
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